Oviedo,

Marián MARTÍNEZ

Oviedo, M. M.

La reordenación de las cajas de ahorro tiene que estar lista el 30 de junio, fecha límite para solicitar las ayudas del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). En el sector consideran que las múltiples negociaciones que hay en marcha avanzan a trompicones, en muchos casos por obligación más que por convencimiento, de ahí la cantidad de rumores extendidos en el sector y que todavía haya muchas entidades sin novia, demasiadas para el Banco de España. Y entre ellas dos grandes: La Caixa, primera caja de ahorros del país con diferencia sobre el resto, y Caja Madrid, que preside el ex ministro de Economía y Hacienda del PP, Rodrigo Rato, y cuyo segundo puesto se ha debilitado al recortarse la distancia con la tercera de la lista: la alianza que conforman Cajastur, Caja Mediterráneo (CAM), Caja Extremadura y Caja Cantabria.

El activo total de Caja Madrid se cifra en unos 192.000 millones de euros, mientras que los de la nueva entidad que surge de la fusión «virtual» que lidera Cajastur se eleva a 135.000 millones. Una cantidad que se incrementaría en el caso de que alguna otra entidad se uniera a esta operación, como se especula en el sector. Es decir, que Caja Madrid podría ver tambalearse su segundo puesto en el ránking nacional de cajas de ahorro.

La fusión «virtual» de Cajastur, CAM, Caja Extremadura y Caja Cantabria ha desbancado del tercer puesto a Bancaja. Hay quien especula con la posibilidad de una unión entre ésta y Caja Madrid. Sin embargo, otras fuentes apuntan a que la fusión «natural» sería la de Caja Madrid con la que conformarán Caja Duero y Caja España. En el primer caso, la suma de activos de la caja que pilota Rodrigo Rato e Ibercaja (111.460 millones de activos) supondría desbancar del primer puesto a La Caixa, que ya ha dicho que prefiere viajar sola. La segunda posibilidad reforzaría a Caja Madrid en el segundo puesto del ránking nacional.

Hay incluso quien va un paso más allá y, pensando en una segunda fase de reorganización, apuesta por la independencia de La Caixa y Caja Madrid para «otras operaciones mayores».

La caja madrileña se vio durante un tiempo como compañera de viaje de la CAM, y no porque la valenciana quisiera, sino porque el Banco de España la apremiaba a encontrar un socio que se hizo imposible con Bancaja y también con Caja Murcia. En el período intermedio, y según fuentes del sector, se trabajó durante bastante tiempo entre bambalinas una fusión entre Caja Madrid y CAM mediante el sistema institucional de protección (SIP) («fusión virtual) o por absorción. Una operación que fue la que echó a CAM en brazos de Caja Murcia para evitar que la madrileña «se la comiera». Y fueron las imposiciones de la murciana, a su vez, las que condujeron a CAM hacia el pacto con Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria.

Ibercaja también está sola, tras fracasar en su intento de fusionarse con Caja Castilla-La Mancha (CCM) antes de que fuera intervenida por el Banco de España hace un año. Unicaja y Caja Jaén siguen adelante como una sola, pero con el fracaso de haber intentado sin éxito la fusion con la ahora intervenida Cajasur.

Fuentes del sector aseguran que el panorama de cajas de ahorro de hoy puede ser distinto mañana o dentro de una semana. La amenaza de intervención del Banco de España y su cumplimiento en el caso de Cajasur se ha traducido en un fin de las disquisiciones políticas. Ahora sólo valen las económicas.

Las SIP o fusiones «frías» permiten mantener la independencia jurídica y de obra social de las cajas. Pero hay que mancomunar beneficios y riesgos. Las fusiones entre las grandes cajas es compleja porque ninguna quiere ceder poder, y entre las pequeñas se antoja sólo un primer paso para salvar los plazos establecidos por el Banco de España. Pero no resuelven el problema de fondo. El 15 de junio acaba el plazo para que las 45 cajas se reduzcan a menos de la mitad.