Oviedo / Alicante / Toledo,

D. NAVARRO / J. CUARTAS / Agencias

Los sindicatos de las cuatro entidades crediticias (Cajastur, CAM, Extremadura y Cantabria) involucradas en el proyecto de creación del quinto grupo financiero más importante del país y tercero más relevante de las cajas de ahorros, estiman que este proceso de «fusión virtual» mediante la creación de un banco como núcleo central operativo conlleve una reducción de empleo, aunque previsiblemente por vías no traumáticas y en proporciones limitadas.

De las cuatro cajas implicadas, sólo la mayor, la alicantina CAM (emplea a 7.000 trabajadores, el 53% de los 13.092 que suman las plantillas de las cuatro cajas), ha reconocido públicamente que acometerá ajustes. Fuentes de Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) concretaron que la entidad prevé reducir entre el 8 y el 10% de sus puestos de trabajo (un amortización de entre 560 y 700 empleos) mediante prejubilaciones a aplicar durante varios años.

Cajastur no anticipó ningún escenario y tampoco lo hizo en la reunión informativa que la dirección de la caja asturiana tuvo con las secciones sindicales, aunque fuentes de algunas de éstas dieron por hecho que «ajustes tendrá que haberlos», aunque confiaron en que serán limitados, pactados y por procedimientos no traumáticos.

Roberto López, director general de CAM y futuro director general del banco que vertebrará la fusión, declaró ayer que «el coste social va a ser absolutamente mínimo» porque en las cuatro entidades que se han asociado «la superposición de oficinas y de clientes es la menor posible» de todas las opciones de alianza que había llegado a estudiar la caja alicantina.

El presidente de Caja Extremadura, Víctor Bravo, sostuvo que la «fusión virtual» «no generará despidos ni situaciones traumáticas en los trabajadores» y que, en todo caso, «se contará con las centrales sindicales» para lo que se decida en el ámbito laboral. El presidente de Caja Cantabria, Enrique Ambrosio Orizaola, y su director general, Javier Eraso, no concretaron qué impacto puede tener la llamada «fusión fría» tanto en la red de oficinas como en la plantilla de la entidad cántabra. «Es prematuro hablar de ello», dijeron, cuando falta ultimar el plan de integración. El propósito, precisaron, es sentarse a pactar con los sindicatos a partir del día 30 de junio porque entonces habrá ya «algo que negociar», aseguraron.

Los recortes de plantilla en las oficinas de atención al público podrían ser muy contenidos porque existen pocas duplicidades y porque el futuro banco quiere aprovechar la trama de sucursales que suman las cuatro cajas para disponer desde el mismo momento del inicio de operaciones de una implantación nacional. Hoy las 2.300 oficinas que aglutinan las cuatro cajas permitirá al grupo operar en todas las comunidades autónomas.

El mayor problema podría estar en los servicios centrales, aseguraron fuentes sindicales. «No parece lógico que el nuevo grupo vaya a mantener seis servicios centrales redundantes, y más cuando en toda fusión o integración se buscan generar ahorros de costes en la estructura», afirmaron dirigentes de sindicatos de cajas consultados.

De los 1.900 trabajadores de Cajastur, sus servicios centrales ocupan a algo más de 400, según fuentes laborales. Sumados los servicios centrales de Cajastur, CAM, CCM, Caja Extremadura y Caja Cantabria, la cifra podría situarse en unos 2.000, estimaron esas fuentes. A ello habría que sumar los servicios centrales del futuro banco.

Sin embargo, el director general de CAM matizó ayer que el grupo no pretende dotar a la sede madrileña del banco que se va a crear de una gran estructura. «La sede en Madrid será más conceptual que operativa», precisó. El proyecto es que los servicios centrales del grupo se repartan «en la medida que podamos», aunque evitando redundancias, entre las sedes centrales de las cajas que se agrupan.

Pasa a la página siguiente