Oviedo, Marián MARTÍNEZ

La patronal asturiana del metal ya se prepara para la negociación del convenio de 2011 que, según el acuerdo alcanzado con los sindicatos, se tendrá que empezar a negociar en el otoño. Y defenderá dos máximas: contención salarial y flexibilización de la jornada, que ahora ya es de 80 horas en las 1.736 del conjunto anual. Femetal asegura que el problema «no es que los sueldos sean altos, sino que en el conjunto del sector la carga de trabajo es baja, las perspectivas para el próximo año van a peor y la competencia es mundial, por lo que hay que ser más competitivos».

La postura que adoptará Femetal en la negociación del convenio ya la adelantó su presidente, César Figaredo, a los empresarios del sector en la última asamblea general celebrada la semana pasada. Será una «negociación marcada por el entorno económico y las actuales condiciones de mercado», aseguró. «Habrá que profundizar en la flexibilización de la jornada laboral así como en la contención del incremento salarial», anunció. La causa es que la escasa demanda interna lleva a las empresas a buscar el negocio en el mercado internacional, lo que les obliga a bajar los precios cuando optan a proyectos para competir con otros países.

Los sindicatos aceptaron firmar un convenio colectivo con una vigencia de sólo un año (2010) atendiendo a la situación económica. Pero también se preparan para las negociaciones que deberán empezar en otoño y tienen claro lo que pondrán sobre la mesa. Primero, el acuerdo para el empleo y la negociación colectiva suscrita con la patronal el pasado mes de febrero, y en el que se contempla una subida salarial para 2011 de entre el 1% y el 2%. Y lograr más beneficios sociales en un convenio que afecta a más de 22.000 trabajadores.

La patronal del metal asturiano lleva mucho tiempo abogando por reformas profundas a la vez que ha instado a los gobiernos central y regional a hacer una política de claro apoyo a la industria. Reivindicaciones que el presidente de Femetal volvió a reiterar en su discurso ante los empresarios. Además de referirse a la reforma laboral, que consideró «timorata», reclamó una reducción drástica del gasto público, además de un desarrollo de infraestructuras que sea planificado y con criterios de eficacia económica.

Y en este marco incluye, entre otras, las autopistas energéticas que, afirmó, necesita Asturias. Reclamó también una política energética que asegure el suministro a la industria a un precio razonable, ya que en el último año ha sufrido «un desmesurado aumento de entre el 17% y el 22% en la factura final».

Figaredo, como presidente de Femetal, asegura que el sector «reúne todos los requisitos para ser considerado como prioritario para el futuro económico de Asturias».