Londres / Oviedo

El Gobierno liberal-conservador británico de David Cameron anunció ayer una profunda reforma de los impuestos con la elevación del IVA del 17,5% al 20% y del que grava los rendimientos de capital del 18% al 28% (el impuesto de sociedades, por el contrario, se reducirá gradualmente del 28% al 24% a lo largo de cuatro años), así como una nueva tasa para la banca.

El Ejecutivo del Reino Unido también anunció el más duro recorte de las cuentas públicas desde 1980 con el objetivo de ahorrar 13.188 millones de euros hasta el año fiscal 2014-2015.

Con este recorte («un presupuesto de emergencia», según el ministro de Economía, George Osborne), el Gobierno británico (una coalición de conservadores y liberal-demócratas) quiere reducir en el plazo de cinco años el abultado déficit del Estado (176.000 millones de euros), «el mayor de cualquier país en Europa con la excepción de Irlanda», dijo Osborne.

Osborne anunció una prórroga de la congelación salarial en el sector público durante dos años para quienes cobren anualmente más de 21.000 libras (25.300 euros), la congelación durante tres años de las ayudas por hijos y la eliminación de los incentivos familiares en el caso de hogares con ingresos superiores a los 47.956 euros, todo lo cual afectará a amplios sectores de la población.

Además se anuncia una aceleración del proceso para retrasar la edad de jubilación a los 66 años y una limitación de las ayudas de vivienda para los sectores más desfavorecidos. Las personas que reciben subsidios por minusvalía deberán someterse a nuevos exámenes médicos. Se incrementará, no obstante, hasta las 7.745 libras anuales los ingresos exentos de pagar impuestos, lo que beneficiará a 880.000 personas.

El Gobierno introducirá un nuevo impuesto a los bancos, independientemente de que haya un acuerdo internacional para establecerlo. Esta medida, con la que el Reino Unido quiere recaudar 2.400 millones de euros al año, cuenta con la oposición de los laboristas.

La subida del IVA no entrará en vigor hasta el próximo 4 de enero, mientras que el aumento en diez puntos del gravamen a los rendimientos del capital estará en vigor desde hoy mismo. De todas formas, el incremento en 10 puntos de este gravamen cuenta con notables excepciones para no perjudicar a las pymes y los pequeños ahorradores.