Madrid / Oviedo

El equipo económico del Gobierno trató de amplificar ayer el mensaje de que España está firmemente comprometida con el objetivo de reducir el déficit público y dispuesta a hacer sacrificios para conseguirlo. El secretario de Estado de Economía, el asturiano José Manuel Campa, llegó a decir ayer que el Ejecutivo tomará «medidas adicionales» en el supuesto de que el desfase de las cuentas públicas no se reduzca como espera. Por ejemplo, en el supuesto de que la economía evolucione peor de lo previsto en 2011.

Las manifestaciones de Campa, en sintonía con otras precedentes de su jefa, la ministra y vicepresidenta Elena Salgado, se producen cuando las dudas sobre la determinación de España en relación al déficit han reaparecido en los mercados de deuda pública. La decisión del presidente Zapatero y del ministro de Fomento, José Blanco, de reconsiderar parcialmente los recortes de obra pública están detrás de esas nuevas reticencias sobre la solvencia española, según los analistas.

En ese contexto, Campa aseguró ayer que el objetivo de reducir el déficit al 6% en 2011 es «incondicional» y que el Gobierno «tomará medidas adicionales» si, por ejemplo, la economía española crece menos de lo previsto por el Gobierno (1,3% en 2011) y hace peligrar el compromiso adquirido con la Unión Europea (UE) para restablecer el equilibrio presupuestario. Esa opinión encierra también el mensaje, presumiblemente dirigido a los mercados, de que el Gobierno no comprometerá más sus cuentas públicas para, como están pidiendo los sindicatos, estimular el crecimiento con recursos públicos. Campa también contestó así a José Manuel González-Páramo, miembro del comité ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), quien ayer instó al Gobierno español a no ser demasiado optimista en sus previsiones macroeconómicas.

El secretario de Estado subrayó que la caída del coste de financiación de la deuda española es lo que aportará un margen para llevar a cabo una reasignación presupuestaria que permita recuperar algunas infraestructuras aplazadas. Pero Campa reiteró, en línea con otros miembros del Gobierno, que este margen «es pequeño» y que se trata de «reajustes finos». En ningún caso supondrán, enfatizó, una elevación del techo de gasto por encima de lo aprobado por el Congreso de los Diputados.

Campa descartó además cambiar las previsiones del PIB para 2011y señaló que la economía se mantendrá en crecimientos intertrimestrales positivos a lo largo de este año. Un informe del BCE mantuvo ayer las expectativas de crecimiento de la zona euro para este año, pero rebajó las previstas para 2011.