Oviedo, Marián MARTÍNEZ

La patronal asturiana FADE advirtió ayer de que el actual «es el peor momento para subir impuestos» como acaba de proponer José Blanco, ministro de Fomento. El también vicesecretario general del PSOE ha hablado de la necesidad de homologarlos a la de otros países europeos para garantizar servicios y financiar infraestructuras. La dirección de FADE alertó de que aumentar la presión fiscal «puede lastrar la recuperación», en especial si suben los impuestos a las empresas. Los socialistas asturianos e IU, socios de Gobierno en el Principado, apuestan por una reforma impositiva progresiva, mientras que el PP rechazó la subida porque «es la solución más barata para el Gobierno y la más cara para los ciudadanos».

Alberto González, secretario general de FADE, mostró respeto «por una de las pocas políticas en la que el Gobierno central tiene aún capacidad, como es la fiscal». Pero advirtió de que es precisamente en esta política en la que «hay que ser muy cuidadoso, porque no se trata de recaudar más o menos recursos para gasto público, sino que tiene efectos secundarios sobre otras variables, como la competitividad, el consumo y la capacidad de ahorro de los españoles, entre otros. Todo mezclado hace que la economía vaya de una manera o de otra».

¿Puede ser un globo sonda? «Puede ser, pero quizás tiene más visos de que hay algo detrás que otras veces, porque las cuentas públicas están muy tocadas y algo tendrá que hacer el Gobierno», afirmó Alberto González. En todo caso, la patronal asturiana tiene una cosa clara: si se suben los impuestos que no afecte a las empresas. «El impuesto de sociedades es sobre el que menos se tendría que actuar, porque ya está por encima de la media europea», afirmó el secretario general de FADE. Y además, «las cotizaciones sociales no se consolidan en los presupuestos generales del Estado, pero en España también son superiores a las del resto de Europa. Así que eso de que la presión fiscal es inferior aquí a otros países, habría cosas que discutir», señaló Alberto González.

La falta de concreción de José Blanco sobre qué impuestos se pueden subir complica las valoraciones. Aunque en criterios generales el Ministro tiene aliados. Como el secretario general de la Federación Socialista Asturiana (FSA), Javier Fernández, eterno defensor de la progresividad fiscal. Lo acaba de demostrar apoyando y defendiendo la subida fiscal, en el marco de competencias del Principado, a las rentas superiores a 90.000 euros, y reclamando al Gobierno central la adopción de medidas similares para el conjunto del Estado partiendo de que, según Fernández, la progresividad «es lo justo y además es un mandato constitucional».

El socio de Gobierno en el Principado, IU, reclamó al PSOE que «se atreva de una vez a hacer una verdadera reforma fiscal justa y progresiva», afirmó Pablo Prieto, miembro de la ejecutiva federal de IU. Abogó por recuperar el impuesto sobre el patrimonio y por intensificar la lucha contra el fraude fiscal, además de calificar de «incongruente» que «algunas asociaciones empresariales reclamen más inversión para infraestructuras y a la vez que se bajen los impuestos».

El PP es contrario a una subida de impuestos. La diputada regional Alejandra Cuétara reclamó que «se homologue nuestro país y región con las más ricas de Europa, pero en tasas de empleo razonables que hagan sostenibles los servicios públicos, porque es la destrucción de empleo la que pone todo el sistema en peligro». Cuétara añadió que el Gobierno de Zapatero «no puede pretender cada tres meses dar un sablazo a los ciudadanos» en vez de recortar y racionalizar gastos. «Frutos de la mala gestión, como la que se hizo con las obras de ampliación del puerto de El Musel, se traduce ahora en penalizar a los ciudadanos», sentenció.