Oviedo, L. G.

El negocio eléctrico asturiano, una de las industrias tradicionales y con mayor peso en el producto interior bruto (PIB) de la región, va camino de obtener este año sus peores resultados desde al menos 1996. Las dificultades de las térmicas de carbón para colocar sus producciones en el mercado están siendo tales que, a pesar de que la demanda ha repuntado en el país, dos de las cuatro grandes centrales carboneras de la región, las de Lada (Langreo) y Soto de la Barca (Tineo), apenas han arrancado en los que va de 2010 y llevan meses sin funcionar, aseguraron fuentes de las compañías propietarias.

La caída del consumo eléctrico por la crisis, unida al avance de las energías renovables (sobre todo la eólica) y a la competencia de los ciclos combinados (gas natural), ya provocó durante 2009 que las térmicas quedaran a menudo fuera del mercado mayorista de la electricidad (técnicamente conocido como «pool»), allí donde a diario se casan la oferta y la demanda de kilovatios. Las térmicas forman el corazón de la industria eléctrica asturiana y su caída de actividad en 2009 recortó la cifra de negocios del sector en casi 300 millones de euros, según el Instituto Nacional de Estadística.

El desplazamiento del carbón desató en 2009 las alarmas del sector minero, porque las compañías eléctricas dejaron de comprar y utilizar el mineral autóctono. Intervino el Gobierno y preparó un mecanismo para primar el uso del carbón autóctono que, sin embargo, no tiene aún la autorización definitiva de la Comisión Europea. Sin decreto e incentivos de momento, la mayoría de las térmicas que queman carbón nacional están paradas este año, caso de la central que el grupo Gas Natural-Fenosa tiene en Tineo. Fuentes de la empresa señalaron que el complejo tinetense, que suele quemar las antracitas del Occidente, sólo tuvo un par de arranques este año.

El caso de la térmica de Iberdrola en Lada es distinto, aunque con el mismo efecto. Lada quema carbón de importación y apenas ha funcionado porque los precios que se pagan en el mercado mayorista no dan para cubrir los costes.

En cambio, las otras dos grandes térmicas asturianas, las de HC Energía en Soto de Ribera y Aboño han funcionado más. La central de Soto utiliza carbón asturiano. La central tiene un contrato con Hunosa que obliga a HC a comprar toda la producción de la compañía pública. Según fuentes empresariales, la eficiencia de Soto de Ribera y sobre todo de Aboño, con menores costes, permiten a HC mantener una actividad razonable, aunque inferior a la de otros años. El buen año hidraúlico, con alta producción en los saltos de agua, también ha perjudicado a las térmicas.