Madrid / Oviedo

El próximo 2011 será otro ejercicio de austeridad y recortes en el gasto público y será también el año en el que España entrará en la reforma de las pensiones, una de las paredes maestras del estado de bienestar. La ministra de Economía, Elena Salgado, desveló ayer que esos serán algunos de los rasgos centrales de la hoja de ruta que el Ejecutivo seguirá en 2011. Lo hizo después de una reunión de la Comisión delegada del Gobierno para Asuntos Económicos, presidida con carácter extraordinario por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero y en la que, sin embargo, no se despejó por completo cómo será la subida de impuestos que, presumiblemente sólo para las rentas altas, se incluirán los próximos presupuestos. Salgado se limitó a decir que tal subida, de producirse, tendrá un impacto muy limitado.

El Consejo de Ministros fijó el pasado mayo el techo de gasto de la Administración del Estado en algo más de 122.000 millones, un 7,7% menos que en 2010. Pero conforme a lo declarado ayer por la ministra Salgado, es propósito del Ejecutivo ir más allá en la austeridad. Por imperativo de Bruselas, España debe reducir el próximo año su déficit público al 6%. La también vicepresidenta segunda informó a los ministros más directamente vinculados a los asuntos económicos -Fomento, Trabajo, Industria, Medio Ambiente, Ciencia e Innovación y Política Territorial- de que el proyecto de Presupuestos para 2011 incluirá en la práctica totalidad de los ministerios recortes de gasto de entre el 15% y el 16%.

Se dará prioridad, en cambio, a la inversión en investigación e innovación, capítulo que sufrió menoscabo en los últimos recortes. El ajuste global será de tal magnitud, precisó Elena Salgado, que la cuantía de los Presupuestos será inferior a la de los últimos cuatro años y semejante a la de 2006.

Bajo la presidencia de Zapatero, el grupo de ministros chequeó las cifras de la recuperación. El Instituto Nacional de Estadística certificó ayer que España creció un 0,2% en el segundo trimestre (-0,1% interanual), gracias al consumo y a cierta recuperación en la inversión. Es un balance tibio comparado con los de otros países europeos.

Y la comisión delegada abordó otros aspectos del difícil otoño que encara el Gobierno, con la huelga general del 29-S a un mes vista y con la expectativa de una compleja negociación parlamentaria para sacar adelante los Presupuestos más austeros del último lustro. Cerrada prácticamente la reforma laboral, el Gobierno quiere acelerar el pacto energético con el PP y, también, abordar con agilidad la discusión de las pensiones, según dio a entender anoche Elena Salgado. El Ejecutivo, expuso la Ministra, prevé llevar a las Cortes un proyecto de reforma antes de final de año, aunque no lo hará antes de que concluya la ponencia del Pacto de Toledo, para buscar el consenso entre los partidos. La propuesta irá en la línea de aumentar gradualmente la edad de jubilación a los 67 años y modificar el cálculo de las prestaciones.