Las jornadas de huelga, a veces, provocan situaciones casi incomprensibles. Con cara de póquer se quedaron ayer los médicos, enfermeros y pacientes que desayunaban en la cafetería del Hospital Valle del Nalón cuando un grupo de piquetes, después de forrar bien el estómago a base de pinchos, bollos y cafés con leche, decidió «informar» al propietario del establecimiento para que se sumase a la huelga y echase el cierre. Muchos de los que no fueron a trabajar optaron por ir a la playa, aprovechando el último sol de septiembre. Gente y gente en el paseo y algunos en el agua, bañándose o practicando algún deporte, como el surf. Y en la manifestación de Oviedo, poniendo la nota musical, una charanga tocaba la «Internacional», con partitura y todo para la ocasión.