Oviedo,

Marián MARTÍNEZ

El parón del sector eólico ha provocado que Arcelor-Mittal tenga que volver a aplicar el expediente de regulación de empleo (ERE) que pactó con los sindicatos por el impacto de la crisis y que no había utilizado en todo el año. Pero la baja demanda ha provocado que el tren de chapa de Gijón esté parado. Casi ochenta trabajadores están afectados por el ERE y otros veinte, aproximadamente, disfrutan vacaciones, descansos o acuden a cursos de formación, medidas que se adoptaron para minimizar el impacto de la regulación. Los sindicatos confían en que la semana que viene arranque el tren de chapa, aunque advierten de que probablemente haya que reducir el número de turnos de trabajo y no descartan que en el futuro el ERE pueda afectar a más instalaciones.

El descenso de la demanda es habitual en el último trimestre del año, que es lo que ha ocurrido en el tren de alambrón de Veriña. El problema es que, como se explica en el «argot» de la compañía, no hay visibilidad para los próximos meses. Es decir, nadie se atreve a predecir la evolución hasta final de año.

Más grave y con menos «visibilidad» es la situación del tren de chapa, cuya producción se destinaba fundamentalmente a la construcción de buques y en los últimos años a la del sector eólico, para fabricar los fustes de los aerogeneradores. Así que la caída del primer subsector fue compensada con creces por el segundo.

Pero llegó la crisis económica y con ella la paralización durante unos meses de prácticamente todas las instalaciones de la multinacional siderúrgica en Asturias. Con la reactivación del mercado internacional, las plantas volvieron a funcionar, hasta el punto de que hasta hace sólo unas semanas las instalaciones avilesinas estaban batiendo récords, al fabricar incluso en algunos momentos al 90% de su capacidad.

El problema surge ahora con el parón en el sector eólico, provocado fundamentalmente por la incertidumbre regulatoria. El Gobierno no acaba de decidir las primas que se aplicarán a la energía eólica, y eso ha provocado que la demanda esté retenida. Hay inversiones previstas para muchos parques eólicos en España que están paralizados y pendientes de esta decisión del Ejecutivo. Hasta el punto de que ya se ha empezado a perder empleo en un sector que estaba llamado a liderar el cambio energético. A esto se suma que también se están reconsiderando inversiones en otros países, como en EE UU, donde el Gobierno de Obama ha moderado su apuesta por esta energía limpia.

Windar Renovables, del grupo Daniel Alonso, es referente nacional e internacional en la construcción de fustes para aerogeneradores. En los últimos días se ha disparado la expedición de estos fustes desde el puerto de Avilés, pero en realidad es un movimiento coyuntural, porque las perspectivas para los próximos meses no son nada halagüeñas. En la imagen, una chapa gruesa de Arcelor-Mittal, en las instalaciones de Windar en Avilés.