Zapatero también apuntó contra los especuladores. Los inversores y analistas «que piensan a corto» sobre España, dijo, «se van a equivocar». A igual que en la Bolsa, ciertos inversores suelen hacer maniobras especulativas con «posiciones cortas» (apostando a que un valor baja) contra la deuda soberana de países en dificultades.

El Presidente descartó además que España vaya a un ajuste más duro que incluya el despido de empleados públicos, siguiendo los pasos de la intervenida Irlanda o de Gran Bretaña. Zapatero cargó además contra el PP, al que acusó de sembrar dudas sobre la solvencia del país. Y se mostró molesto con unas declaraciones del comisario europeo y ex líder socialista Joaquín Almunia, quien durante el día anterior señaló que existen dudas sobre la capacidad del Gobierno español de cumplir sus compromisos. El roce entre Zapatero y Almunia fue utilizado por el PP como reproche al Gobierno. El día anterior, el PP tuvo que corregir a su secretario de comunicación, Esteban González Pons, quien llegó a decir que el Gobierno español podía estar mintiendo sobre los datos económicos de España, como hizo la intervenida Grecia.

A las manifestaciones de Zapatero siguió ayer la aprobación, en el Consejo de Ministros, de un informe para «impulsar la transparencia en el ámbito de la información económica», una batería de medidas presentada con urgencia por la ministra de Economía, Elena Salgado, como parte de la estrategia para aplacar a los mercados financieros. El informe apunta a varios frentes que debilitan la posición de España ante los inversores:

l Cuentas autonómicas. Se incluye el compromiso, pactado con las regiones, para que las autonomías rindan cuentas trimestrales sobre su evolución presupuestaria.

l Deuda. El Estado informará mensualmente sobre la evolución de la deuda pública, como ya hace con el déficit.

l Banca. El Banco de España endurecerá las exigencias de transparencia a bancos y cajas.

l Reformas. Salgado puso fecha tope a la constitución de los consejos de las cajas de ahorros fusionadas (24 de diciembre) y a la reforma de las pensiones (31 de mayo).

Tras una mañana de alta tensión, el mercado de deuda se relajó tras los anuncios del Gobierno y la prima de riesgo cerró por debajo de 250 puntos básicos. La calma no llegó a la Bolsa, que cedió el 1,8%.