Oviedo, Agencias / L. G.

La Comisión Delegada de Asuntos Económicos (Ministerio de Economía) determinará hoy el alcance de la subida de la luz que afectará desde enero a la mayoría de los hogares. Si el Gobierno aplica por el libro los criterios técnicos y económicos que ha sugerido hasta ahora, el recibo subirá como media en torno a un 9%. Si hay una decisión política en otro sentido, la factura se encarecerá menos, por ejemplo a costa de engordar el desfase de la tarifa (el llamado déficit tarifario). La nueva subida llega cuando el gasto medio de los hogares en la luz va camino de superar los 700 euros al año tras haber encadenado un lustro de incrementos muy por encima de la inflación.

El Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía estima que el consumo eléctrico medio de una familia española está algo por debajo de los 4.000 kilovatios al año. Según datos recabados en el sector, un hogar tipo con un consumo de 300 kilovatios/hora al mes y una potencia contratada de 4,4 kilovatios gasta ahora unos 670 euros al año (ver gráfico adjunto). La cuenta corresponde a una vivienda acogida a la tarifa de último recurso sin discriminación horaria, con un equipamiento convencional (iluminación, frigorífico, lavadora, vitrocerámica y pequeños electrodomésticos) y con suministro de gas natural para la calefacción y el agua caliente. Con la revisión de la tarifa que entrará en vigor en enero, ese gasto se irá muy probablemente por encima de los 700 euros.

Será así salvo que el incremento final resulte sensiblemente inferior a lo esperado. Ayer, un representante del Gobierno dio a entender que se está buscando alguna alternativa para contener el incremento de la tarifa. El secretario de Estado de Cooperación Territorial, Gaspar Zarrías, señaló que el Ejecutivo está tratando de «conjugar y equilibrar» el desfase del sistema con «una fórmula» que evite «un deterioro para la economía de muchas familias».

La tarifa de último recurso afecta a unos 20 millones de consumidores y funciona desde julio de 2009, cuando España dio un paso más en el proceso, inacabado aún, de liberalizar el mercado eléctrico. Desde aquella fecha las familias tienen la opción de mantenerse en esa «tarifa refugio» o de acudir al mercado libre y elegir las ofertas que ofrecen las principales compañías del negocio del kilovatio.

La liberalización abría sobre el papel la posibilidad de que la competencia propiciara un abaratamiento de los precios. Pero al final el impacto ha sido pequeño, como prueba un reciente estudio de la Comisión Nacional de la Energía (CNE). El organismo regulador destaca que el ahorro máximo para los hogares no llega al 2% con las ofertas más competitivas, que la Comisión atribuye en dos de los tres casos estudiados a HC Energía.