Oviedo, J. L. S. / M. P. /

L. G. / Agencias

La subida de la luz que entrará en vigor el 1 de enero -una media del 9,8% para los hogares, junto a otro incremento del 3,9% en el gas natural- confirmará la posición de las familias españolas entre las europeas que pagan más por el recibo eléctrico. En pocos años, España ha pasado de tener unos precios intermedios en la Unión Europea (UE) a estar entre los países con la electricidad más cara. La situación es la siguiente, según datos de Eurostat: la luz cuesta en España entre un 72% y un 73% más que en Finlandia y Francia, los estados con los precios más bajos, y, junto a Suecia, aquellos donde la energía nuclear aporta más a la dieta energética.

La información se refiere al primer semestre de 2010 (ver gráfico adjunto) y la elabora la oficina estadística de la UE teniendo en cuento el precio de la luz y el nivel de vida de las familias (paridad de poder de compra). En esas condiciones, Alemania, con un sistema eléctrico muy pegado al carbón (50% de la generación), tiene el recibo más caro. España aparece en la novena posición, emparejada con Italia y por delante de dieciocho países. Finlandia, con un tercio de electricidad nuclear, y Francia, con el 78%, presentan los precios más baratos.

La comparación con el vecino francés es así: para una familia gala, un consumo de 100 kilovatios cuesta 10,92 euros; para la española, el gasto es de 18,84 euros. Francia es, después de EE UU, el país con más reactores nucleares del mundo y uno de los que, al contrario que España y otros europeos, no detuvo el desarrollo de su programa atómico después de la tragedia de Chernóbil (1986). El modelo eléctrico francés tiene otra peculiaridad: está dominado de forma casi monopolística por la empresa pública EDF, rasgo que colisiona frontalmente con los postulados de la UE. Pero la influyente Francia no ha tenido problemas severos con Bruselas por esa cuestión.

Los defensores de la energía nuclear argumentan que se justifica su uso por sus bajos costes. Los detractores esgrimen que las cuentas sobre las centrales atómicas no incluyen, por ejemplo, el gasto que entrañará durante muchas generaciones el tratamiento y confinamiento de los residuos nucleares. El retraso del proyecto español de nuevo almacén nuclear provocará que a partir de 2011 España tenga que pagar cada mes dos millones de euros a Francia, donde se almacena parte de la basura nuclear de la central catalana Vandellós 1.

La explicación del encarecimiento de la luz en España está en buena medida, según ha reconocido el Gobierno, en los enormes incentivos que se pagan a las energías renovables y en el déficit acumulado durante años por la tarifa (desfase entre costes e ingresos). Ambas prácticas comenzaron con el PP en el Gobierno y se intensificaron con el PSOE. Mariano Rajoy, líder del PP, quiso remarcar ayer que la configuración del modelo energético español es «demencial» y que cuando su partido gobernó la luz bajó para los hogares.

Por entonces (año 2000) comenzó a generarse el llamado «déficit tarifario». Ayer, el vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves, señaló que la subida de la luz es necesaria para evitar que aumente ese déficit (deuda con las eléctricas), que con el PSOE en el Ministerio de Industria se ha puesto en 20.000 millones de euros.

La patronal eléctrica Unesa respaldó la decisión del Gobierno. La organización que preside el asturiano Eduardo Montes señaló que la subida es indispensable y que «hay que seguir en esta senda» para resolver el problema del déficit. El sindicato CC OO negó que el encarecimiento de la luz se deba al nuevo decreto que prima el uso del carbón nacional y que favorece la continuidad de la minería asturiana.

La subida de la luz llega en plena crisis y supone que, desde que en 2007 empezaron las dificultades económicas, la tarifa acumula un incremento del 44%, mientras que la renta per cápita bajó en España el 5%. Ayer, las organizaciones de consumidores volvieron a poner el grito en el cielo. Lo hicieron también los colectivos de autónomos, que han estimado una repercusión de 120 euros al año en los costes de muchos pequeños negocios. «Los autónomos serán los grandes perjudicados», señaló Ceat-Asturias, la organización de los autónomos vinculada a FADE. Este grupo demandó ayer que se apueste por la energía nuclear.

Rosa Suárez, presidenta de la federación de autónomos AFAS, reclamó al Gobierno que establezca una tarifa de la luz especial para los comercios. Y denunció que la liberalización del sector no ha tenido efecto alguno en los precios.

De la subida de la luz se librarán en toda España unos tres millones de consumidores beneficiarios del llamado «bono social» que congelará el precio hasta 2014 para ciertos colectivos (viviendas con consumos mínimos, familias numerosas, pensionistas con bajos ingresos y hogares con todos sus miembros en paro). Los asturianos que tienen el «bono social» son unos 40.000.