Dicen que los economistas sólo aciertan en sus análisis a posteriori, y llenan las librerías de concienzudos estudios cuando las crisis o acontecimientos económicos relevantes ya han finalizado, explicando siempre el por qué de éstas.

Lo cierto es que si en los acontecimientos económicos siempre hay efectos "sorpresa", esta crisis sin duda se está llevando la palma, rompiendo pronósticos tras pronósticos. El último, pasar de hace un año temer por la deflación o caída de precios en gran parte de las economías desarrolladas a la "estanflación" fenómeno caracterizado por una subida de precios junto al estancamiento de la economía.

En España tenemos papeletas de llegar a esta situación, la economía no crece y en el mejor de los casos en 2011 lo hará de forma muy débil y los precios se disparan, con un IPC que ha cerrado el 2010 en el 3%.

Las alarmas no han saltado hasta ahora ya que buena parte de esta escalada de precios es debida a las subidas impositivas como el IVA y el tabaco, así como la escalada de los precios del combustible, pero esta última es la que debe ya preocuparnos a todos.

Lastre a la recuperación

Enero de 2011 será un mes con movimientos contradictorios de precios, ya que el efecto de las rebajas compensará el alza de la luz de un 10%, o del gas por encima del 4%, y especialmente, como hemos señalado, una gasolina que ya en muchos surtidores del país está en máximos históricos.

En una situación de debilidad, lo normal es que las principales materias primas bajen sus precios, pero nos enfrentamos al gran problema de ser del último grupo de países que entrarán en la recuperación, y así por un lado, la enorme demanda de China e India y de otras economías que ya han entrado en la senda de la recuperación como Estados Unidos y Alemania junto con el "deseo" de las economías emergentes de no frenar su crecimiento aumentando los precios, ha llevado a que las materias primas disparen coste.

El problema es que el incremento de los precios de los combustibles se traslada rápidamente a todos los productos, unos por el mayor coste de fabricación y todos por el incremento de los precios del transporte. Este encarecimiento de los combustibles y los productos básicos ya ha generado disturbios en Bolivia, Argelia o Túnez, y aunque en España las consecuencias serán muy distintas, si llevará a otra vuelta de tuerca en el consumo interno y, por tanto, del crecimiento.

Consejos para luchar contra la inflación

Así, aunque es imposible que esta subida nos afecte, si podemos buscar alternativas que aminoren el coste que supone para los bolsillos:

1) Comparar precios: En todos los productos, desde ropa, cesta de la compra o productos financieros, cualquier ganancia o ahorro por pequeño que nos parezca supone un alivio en nuestras economías.

2) Aprovechar ofertas en la compra de combustibles: Como hemos dicho, la gasolina está en máximos históricos, por ello cobran mayor relevancia las tarjetas que ofrecen descuentos para la adquisición de combustible en una determinada red o de forma general. A mayor precio, se compensa más rápidamente cualquier coste asociado.

3) Cuentas ahorro contra la inflación: Mover nuestro remanente de dinero para conseguir la máxima rentabilidad es importante, subiendo los precios aún más. Si por ejemplo tenemos una cuenta remunerada al 3,5%, y la inflación es del 3%, para esa parte de nuestros ahorros, tendríamos una ganancia sobre la inflación del 0,5%, dejarlo en una cuenta sin rentabilidad significa perder un 3% de nuestro poder adquisitivo.

Antonio Gallardo. www.iahorro.com Comparador de Bancos