Oviedo, José Luis SALINAS

El Ayuntamiento de Dusseldorf, una población de más de medio millón de habitantes situada en el oeste de Alemania (en una de las regiones más prósperas del país), se siente tan orgullosa de no tener ninguna deuda con sus proveedores que en la plaza del Consistorio un contador electrónico recuerda el tiempo que la ciudad lleva «libre de deudas». Esta semana se superaron los tres años y medio. Javier Pocovi Antuña, natural de Sotrondio, llegó a esta ciudad alemana hace un año y medio para estudiar fagot en la Escuela de Música «Robert Schumann Hochschule». Pocovi reconoce que en el país la crisis ha dejado de ser un tema de conversación. De hecho, afirma que a los propios alemanes nunca les ha preocupado demasiado la grave contracción económica que ha sacudido a la mayor parte del mundo desarrollado. Les inquieta más, expone el asturiano, que Alemania pueda perder peso político a nivel internacional. Todo pese a que el país cerró el año 2009, el primero de la gran recesión, con una caída de su economía del 4,7 por ciento, el mayor retroceso desde la II Guerra Mundial. Ahora Alemania crece vigorosamente y avanza hacia niveles de desempleo históricamente bajos.

Alemania, la gran potencia europea y el segundo país más exportador del mundo, consiguió dejar atrás la recesión ya en el tercer trimestre de 2009, una crisis que apenas ha tenido efectos sobre su mercado laboral. Así, mientras que España alcanzaba durante el tercer trimestre del año pasado una tasa de paro del 19,79%, Alemania batía durante ese ejercicio su récord de empleo, con 40,37 millones de ocupados y una tasa de paro del 7,4%.

¿Cómo ha conseguido el país zafarse de las dificultades económicas? Varios asturianos que residen en Alemania aseguran que las fortalezas de la economía germana se cimientan sobre una fuerte actividad exportadora, un poderoso sector industrial y una ambiciosa apuesta por la innovación. Esa combinación, opinan, hace que el país avance con pasos firmes por la senda de la recuperación económica y prevea para este año un crecimiento del 2,3% (la estimación es que España avance el 1,3%, según el Ejecutivo) y la confianza empresarial del país haya registrado esta misma semana cifras de récord.

«La seriedad y la eficiencia de Alemania no son un mito, y aunque hay muchas cosas que mejorar, como la sanidad, el país destaca por su productividad», asegura Javier Pocovi. «Hacen en una hora lo que otros hacen en dos», sentencia.

Tal es el empuje del empleo que las previsiones del Gobierno germano pasan por alcanzar nuevos niveles de récord durante este año. Los asturianos residentes en Alemania reconocen que hay un elevado número de oportunidades laborales, especialmente para profesionales con una alta cualificación. La propia canciller alemana, Angela Merkel, formuló ayer una propuesta para atraer a jóvenes parados españoles y portugueses para que presenten sus servicios en empleos cualificados. Merkel abordará este plan en un encuentro con el Gobierno español que tendrá lugar el 3 de febrero.

Sandra Rodríguez es natural de La Espina, vive en Hannover y trabaja en Continental, compañía especializada en la fabricación de componentes para automóviles. Subraya que para contener el impacto de la crisis en el empleo se aplicó lo que se denomina «Kurzarbeit», procedimiento de ajuste mediante el cual se reduce la jornada laboral de los trabajadores de empresas en dificultades y el Estado se hace cargo de parte de la cotización a la Seguridad Social. La asturiana, que lleva once años en el país germano, asegura que durante 2009, el año de la gran recesión, el Gobierno alemán realizó «importantes inversiones públicas, financió incentivos para la compra de automóviles, aplicó una reducción de la presión fiscal y llevó a cabo un programa de créditos para las grandes empresas» que sirvieron de bálsamo para sostener la actividad económica. Tales medidas, relata Rodríguez, «no sólo consiguieron reducir los despidos, sino que evitaron una fuga de conocimiento y de experiencia al poder mantener la plantilla».

«El mantenimiento del empleo ha hecho que el país haya salido con fuerza de la crisis», señala Ana Rodríguez, una felguerina que trabaja en una escuela de la localidad de Karlsruhe (al sur del país) dando clases de castellano. La docente ve entre España y Alemania una diferencia capital en la organización de los centros de trabajo. «Aquí hay muchas pequeñas empresas innovadoras que suministran su tecnología a las grandes firmas; esto es algo que falta en nuestro país. Además, en España los grandes centros de trabajo se concentran en unas pocas ciudades, mientras que en Alemania están mucho más dispersos».

Ana Rodríguez afirma, no obstante, que la crisis pasó una cara factura a muchos municipios alemanes. «Se cerraron muchas piscinas, bibliotecas y pequeños teatros; además, muchos servicios sociales sufrieron recortes», señala. Así contuvieron el deterioro de sus cuentas.

Desde que comenzaron las dificultades económicas, los expertos han destacado la capacidad de adaptación del mercado de trabajo alemán. Adaptación y flexibilidad, pero no tanta en relación a los despidos, caballo de batalla de la reforma laboral española. Eduardo Vázquez Coto, un langreano que trabaja en el departamento de control financiero de la filial del Banco Santander para Alemania y Suiza, explica que «aquí, al contrario de lo que ocurre en España, no existen los despidos improcedentes. Si una compañía quiere usar esta técnica para reducir su personal, tiene que ir directamente a juicio y demostrar que hay razones para el despido, mientras que en nuestro país basta con pagar la indemnización».

Para Coto, también hay unas evidentes diferencias culturales entre ambos países. «Aquí la gente hasta que no llega a los 40 años no se plantea comprar una casa, sino que vive de alquiler. Además, los alemanes son bastante ahorradores, no suelen pedir créditos para afrontar sus gastos», asegura.

«La seriedad y eficacia alemana no es un mito. El país destaca por su productividad, por hacer en una hora lo que otros hacen en dos»

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Lleva un año y medio en Düsseldorf estudiando fagot

«La crisis sí afectó mucho a los municipios, por eso se cerraron piscinas locales, bibliotecas y pequeños teatros»

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Profesora de Español en Karlsruhe, lleva 10 años en el país

«Hay grandes posibilidades de encontrar empleo en el sector tecnológico; también en la sanidad e incluso en la banca»

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Ejecutiva de Agrifresh, vive desde hace 7 años en Fráncfort

«Aquí la gente no se plantea comprar una casa hasta que llega a los 40 años; el alemán es muy ahorrador y no suele pedir créditos para sus gastos»

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Trabaja para el Banco Santander en Fráncfort desde hace 4 años

«Con las medidas sobre el mercado laboral se frenaron los despidos y se evitó una fuga de conocimiento y de experiencia»

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Trabaja para Continental desde hace 11 años, vive en Hannover

«En España se gana menos que en Alemania, pero en ninguna ciudad de aquí se ven tantos BMW como en Oviedo»

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Ex trabajador de Volkswagen, vive desde hace 50 años en Wolfsburgo

Los asturianos que residen en el país coinciden también en que muchas de las medidas que ha venido adoptando el Gobierno español para hacer frente a la crisis económica cuando ésta se recrudeció, como la subida del IVA o la congelación de pensiones, en Alemania se aplicaron años atrás, que las reformas se anticiparon a las dificultades. «También adoptó otras soluciones que se han comenzado a discutir en España, como la del copago sanitario», asegura Coto.

La avilesina María Matilla se trasladó a Alemania hace siete años, tras vivir en París y Londres, para trabajar en la empresa de alimentación Agrofresh. Apunta que en el sector tecnológico alemán hay grandes oportunidades de empleo. También las hay en la sanidad y, afirma, comienza a haber oferta de trabajo en la banca, que sucumbió a la crisis global. Los emigrantes asturianos coinciden en que el idioma alemán no ejerce de barrera para frenar la llegada de trabajadores extranjeros, ya que, apuntan, en la mayoría de las grandes compañías se usa el inglés. «Llevo siete años trabajando en un puesto ejecutivo y no hablo alemán; lo que me consuela es que también hay muchos en mi misma situación», afirma María Matilla, estrecha colaboradora de la asociación Compromiso Asturias XXI.

Daniel Menéndez llegó a Alemania cuando sólo tenía 10 años y se pasó la mayor parte de su vida laboral trabajando para la multinacional Volkswagen, una empresa que asegura que «necesita gente». Sigue viniendo a la región de forma asidua en períodos de vacaciones y para visitar a su padre, que vive en la capital asturiana. Compara ambos países así: «El coste de la vida es más o menos igual, pero en España se gana algo menos». Pero, señala, «en ninguna ciudad alemana se ven tantos BMW como en Oviedo».