Oviedo, L. GANCEDO

Electricity Supply Board (ESB), compañía energética irlandesa y de capital público, ha reconsiderado su decisión de construir en Corvera una central eléctrica de ciclo combinado de 860 megavatios de potencia. ESB busca ahora comprador para un proyecto cuyo desarrollo requiere unos 500 millones de euros, la mayor de las inversiones previstas en Asturias en instalaciones energéticas vinculadas al gas natural. El de ESB es el quinto proyecto de ciclo combinado que sufre un revés severo o que directamente se cae de la larga lista que acumuló la región durante los últimos ocho años.

La dirección de ESB revisó hace unas semanas sus objetivos estratégicos y ha decidido centrar sus actividades de manera exclusiva en Irlanda y Reino Unido, lo que en la jerga británica de los negocios se llama el «All-islands energy market». Según una comunicación del grupo, ese cambio de estrategia conlleva que ESB «cesará sus actividades de desarrollo de nuevos negocios en el mercado español». Los afectados son un plan eólico para el País Vasco y el ciclo combinado de Asturias. La compañía sí mantendrá intacta su participación en la central de Amorebieta (Vizcaya), una instalación gemela a la prevista para Corvera y que funciona desde octubre de 2005.

Según las explicaciones de Jacinto Lobo, ingeniero llanisco que está al frente de la central vasca de ESB y también del proyecto de Corvera, la renuncia a la inversión en Asturias se produce tras un cúmulo de dificultades: la caída de la demanda energética, que ha cortado de raíz la inversión en nuevas centrales dentro y fuera de Asturias; la crisis financiera, que ha impedido a ESB obtener los recursos necesarios para abordar la obra, o los problemas regulatorios del modelo energético español, que están deteriorando la rentabilidad de los ciclos combinados.

Hay otra circunstancia: la grave crisis económica en Irlanda, de cuyo impacto en el proyecto asturiano Jacinto Lobo evitó hacer consideraciones. ESB es una empresa pública y la Administración de Dublín está aplicando rigurosas medidas de ajuste en el gasto tras ser rescatada por la UE a finales del pasado año en el contexto de la crisis de deuda soberana.

ESB se repliega de España y de otros países europeos ante la necesidad también de centrarse en su mercado natural. El grupo invirtió recientemente 1.000 millones de euros en la compra de una distribuidora en el norte de Irlanda y tiene otros planes para Inglaterra y Gales. El británico es además un mercado energético en el que en este momento compiten varios de los grandes grupos europeos del negocio del kilovatio, como la alemana E.On, la francesa EDF, la alemana EnBW y la española Iberdrola, propietaria de Scottish Power. ESB, manifestó ayer Jacinto Lobo, da prioridad en este momento a sus intereses anglosajones.