Oviedo, Marián MARTÍNEZ

Arcelor-Mittal anunció ayer, un día después de presentar unos beneficios de 743 millones de euros, la construcción de unas nuevas baterías de coque en Gijón, que sustituirán a las actuales y que supondrán una inversión de 147 millones de euros. Es un proyecto que despeja el futuro de la siderurgia integral asturiana, garantizado que en la región seguirá realizándose todo el ciclo productivo del acero. Según la dirección que encabeza Lakshmi Mittal, la inversión supone «una apuesta clara por Asturias y por España» de la multinacional.

La redacción definitiva del proyecto y la obra tienen un plazo máximo de ejecución de 30 meses, de tal manera que la instalación debe empezar a producir en el primer trimestre de 2014. Ésta será la primera fase de un proyecto que incluye la posibilidad de una ampliación posterior, en función de las necesidades una vez que se produzca el cierre de las baterías de Avilés, previsto para 2017. Es decir, Gijón concentrará la producción total del coque siderúrgico para alimentar a los dos hornos altos de Veriña, los únicos que quedan en España. Factores todos ellos que hacen muy competitiva la planta asturiana.

La compañía instalará además en Avilés un nuevo sistema, único en el mundo y desarrollado en el centro de investigación avilesino, que permitirá fabricar acero para automoción en una línea en la que sólo se podía producir material para la construcción. Esta inversión, de 2,9 millones de euros, hay que enmarcarla, según la compañía, en la apuesta por productos de muy alto valor añadido en Asturias.

Gonzalo Urquijo, miembro de la dirección general de la multinacional y presidente de Arcelor-Mittal en España, fue el encargado de anunciar la inversión. Previamente la compañía se lo había comunicado al Gobierno regional y a los sindicatos.

Urquijo empezó dando cuatro pinceladas sobre los resultados del primer trimestre, que la multinacional había presentado el día antes. Siguiendo el esquema impuesto por Lakshmi Mittal, mayor accionista y presidente de la compañía, analizó los índices de seguridad y siniestralidad en el conjunto de la multinacional y en las plantas españolas, que mejoraron en el último trimestre. A continuación, Gonzalo Urquijo hizo un breve repaso a la mejoría de los resultados económicos -las ganancias aumentaron el 67% en el primer trimestre- y una breve referencia a las proyecciones de futuro, que apuntan a un incremento del negocio y de los beneficios, aunque «hay que ser cautos».

Y entonces el máximo responsable de la compañía en España entró en materia: «No les hemos convocado para hablar de unos resultados que ustedes ya conocen, sino para comunicarles una noticia vital para las instalaciones en España y en Asturias. El consejo de administración de Arcelor-Mittal aprobó, hace apenas 48 horas, una inversión de 147 millones de euros para construir en Gijón una nuevas baterías de 66 hornos y una capacidad de 700.000 toneladas al año».

Urquijo confirmaba así una inversión reclamada por los sindicatos desde hacía años, y especialmente en el último, ante el grave deterioro de las actuales instalaciones, en las que hubo que realizar importantes inversiones de mantenimiento y en las que llegó a producirse algún accidente.

Las nuevas baterías contarán «con la mejor tecnología a nivel mundial». Son similares a las que ya operan en Polonia y que han demostrado «la máxima eficacia y rendimiento», aseveró Urquijo. «Reduciremos costes, serán muy eficientes medioambientalmente y el gas que generen servirá para el proceso productivo» de las instalaciones acabadoras gijonesas, explicó.

A la pregunta de por qué se hace una inversión tan fuerte en la planta asturiana, Urquijo fue contundente. «Primero, porque tenemos fondos para hacerlo. Pero desde luego, se analizan dónde están los mercados y nuestras fábricas y en qué situación está cada una de ellas, y sin duda la de Asturias es una de las más eficientes. Esta inversión tiene sentido estratégico, financiero y de rentabilidad».

El presidente de la filial española incidió en que «es una inversión esperada y clave para el futuro de las instalaciones. Estamos contentos por Asturias y por toda la siderurgia española, porque desde el Principado se suministra a Valencia y bobina caliente a toda España».

Las nuevas baterías se construirán en un terreno anexo al que ocupan las actuales y serán algo más pequeñas. Tendrán 66 hornos, mientras que las que están ahora en funcionamiento tenían originariamente 90, aunque sólo funcionan 80 para fabricar unas 700.000 toneladas, lo que se prevé que produzcan las nuevas a partir de 2014. Otra cuestión es si esta capacidad será suficiente cuando se cierren las de Avilés, unas instalaciones con 240 hornos y una producción de 1,4 millones de toneladas al año.

Las baterías de coque de Gijón suministran a los dos únicos hornos altos que quedan en España. Con la nueva inversión, «se asegura el futuro de la cabecera de Gijón y nuestra asistencia y calidad para los clientes», destacó Gonzalo Urquijo, y precisó que la instalación utilizará «la mejor tecnología» y será «medioambientalmente eficiente». En la foto, las actuales baterías de coque de Gijón, que se apagarán en el primer trimestre de 2014.