Atenas / Oviedo

La situación griega se complica. El ministro de Finanzas griego, Yorgos Papaconstantinu, afirmó ayer que si Grecia no recibe en junio el quinto tramo de ayuda externa de la UE y FMI (12.000 millones de euros), el país declarará la bancarrota. «Si no recibimos el dinero hacia el 26 de junio nos veremos obligados a cerrar la tienda y declarar la imposibilidad de pagar nuestras obligaciones», dijo.

Pero, pese a esta advertencia, el primer ministro de Grecia, George Papandreou, no logró ayer el apoyo de los principales partidos de la oposición para abordar un nuevo paquete de medidas de austeridad destinadas a evitar una reestructuración de la deuda helena. Los sindicatos del país también rechazan el nuevo ajuste y ayer anunciaron la convocatoria de una nueva huelga general de 24 horas en junio para oponerse tanto a este nuevo paquete de medidas de austeridad como al proyecto de privatizaciones anunciado por el Gobierno heleno.

Pero, mientras tanto, la presión exterior aumenta sobre Atenas. El presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, alertó del «enorme riesgo» de que Grecia vaya a una reestructuración o aplazamiento del pago de su deuda por considerar que ello podría «agravar la situación» y exigió al Gobierno un mayor esfuerzo en la aplicación de las reformas y medidas de ajuste fiscal.

Y la Comisión Europea (CE) recordó que el desembolso del próximo tramo del rescate a Grecia debe ser aprobado por los ministros de Finanzas de la Eurozona, y que para ello hace falta esperar a los resultados de la misión internacional de verificación del programa de rescate que se encuentra en Atenas.

El gobernador del Banco de Francia (BCF), Christian Noyer, aseguró que una reestructuración de la deuda griega supondría «el hundimiento de la economía griega» y crearía «el escenario del horror».

A su vez, la agencia de calificación crediticia Moody's consideró que un impago de la deuda soberana de Grecia tendría implicaciones adversas para otros países de la eurozona, así como para la banca griega. Este aviso se produjo al tiempo que otra agencia de calificación, Fitch, rebajaba la nota de solvencia de cinco bancos griegos como consecuencia del último recorte de la calificación soberana del país.

La fuga masiva de capital privado, en su mayoría con destino a cuentas en Suiza, está contribuyendo aún más a agudizar la crisis de Grecia, donde se ha detectado una drástica reducción de los fondos en las cuentas de ahorro, según el diario económico alemán «Handelsblatt».

Pese a esta escalada de la tensión en Grecia, el Tesoro español solventó con éxito la primera emisión de deuda pública después de las elecciones del 22-M. Se colocaron 2.300 millones, aunque la demanda llegó a superar los 13.500 millones, más de cinco veces lo adjudicado, a un tipo de interés del 1,418%, frente al 1,440% registrado en la subasta anterior. El interés medio subió ligeramente, al situarse en el 1,380%, frente al 1,371% anterior. La prima de riesgo se relajó hasta 245 puntos básicos y en la Bolsa el Ibex rebotó el 0,33% y terminó en 10.115,9 puntos.