Un año después de su entrada en vigor, la reforma laboral ha provocado una fuerte caída de los contratos indefinidos y un alza de los despidos. Tampoco ha logrado frenar la temporalidad, como se había propuesto. Los sindicatos y la patronal coinciden en que la reforma ha fracasado en los objetivos que perseguía cuando fue aprobada. En concreto, en Asturias, desde que entró en vigor la normativa (a finales del mes de junio del año pasado), el número de contratos temporales se ha estancado, se firman prácticamente los mismos que se venían rubricando, y el de indefinidos ha caído en un 7%, cuando el objetivo que perseguía la reforma era precisamente el contrario, «acabar con la dualidad del mercado laboral provocando un incremento del empleo estable». A la vista de los resultados, los cambios normativos que se aprobaron hace un año para alentar la ocupación están siendo poco utilizados por las empresas.

Los sindicatos sostienen que los datos dejan en evidencia que la reforma no ha cumplido su principal objetivo, que, en palabras del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, era acabar con la dualidad del mercado laboral entre la contratación indefinida y la temporal. Desde que se puso en marcha la reforma, en el Principado se han firmado 266.998 contratos laborales, de ellos sólo un 7,8% de carácter indefinido. La disconformidad con esta reforma provocó en septiembre del año pasado la única huelga general que los sindicatos españoles han convocado durante la actual crisis económica y ha conseguido poner de acuerdo a las centrales sindicales y a la patronal en la necesidad de enmendarla para tratar de frenar la sangría del desempleo. Así, desde su entrada en vigor, cerca de la mitad de las contrataciones que se realizaron en Asturias ha tenido una duración inferior a los tres meses y casi un 30% fueron contratos de una duración indeterminada (por obra y servicio), un modelo que la reforma laboral intentó limitar.

La contratación temporal siguió siendo el método más usado por los empresarios para contratar nuevos trabajadores. Entre julio de 2010 y junio de este año se rubricaron en Asturias 246.127 contratos de este tipo, una cifra muy similar a la del mismo período del año anterior. UGT sostiene además que ni tan siquiera el «contrato estrella de la reforma laboral, como es el del fomento de la contratación indefinida, asociado a una mayor facilidad de despido, ha conseguido imponerse evidenciando el fracaso total de la reforma y de sus objetivos». El paro viene dando desde hace cuatro meses en Asturias un respiro a la región. Pero el descenso de este período se ha apoyado fundamentalmente en las contrataciones temporales vinculadas a la actividad turística de los meses estivales. Los sindicatos aseguran que en los últimos meses se han firmado «muy pocos» contratos estables.

La norma tampoco ha logrado frenar los despidos. De hecho, según los representantes de los sindicatos asturianos, «los ha disparado». La reforma preveía genéricamente la posibilidad de aplicar el despido por causas económicas -el más barato del sistema- no sólo cuando la empresa incurra en pérdidas, sino cuando exista previsión de tenerlas. Inicialmente el Gobierno defendió que las «pérdidas previstas» debían ser «permanentes», no meramente «coyunturales».

El reglamento final abre la puerta al despido objetivo también en el caso de pérdidas que aparecen denominadas como «transitorias». Hace algo más de un mes el Gobierno estableció una modificación de la norma mediante la cual las empresas que acrediten «pérdidas previstas», aunque sean «transitorias», podrán recortar sus plantillas mediante el llamado «despido objetivo» por causas económicas, fórmula que deja la indemnización a que tiene derecho el trabajador en 20 días por año trabajado y un máximo de 12 mensualidades, con independencia del tipo de contrato y la antigüedad.

En los primeros cuatro meses del año, los últimos datos disponibles, se registraron en la región 5.551 despidos, un 10% más que en el mismo período del año anterior (cuando aún no se había aprobado la reforma), según los datos que maneja CC OO. En la mayor parte de los casos, los empresarios se decantaron por el llamado «despido exprés», concretamente hubo 2.744 despidos mediante esta fórmula, mientras que hubo otros 2.232 incluidos dentro de lo que se denomina causas objetivas, una modalidad que la reforma ha potenciado.

UGT de Asturias señala que «el abaratamiento y facilidades para el despido que puso en bandeja la reforma laboral han sido aprovechados por las empresas para destruir empleos fijos y sustituirlos, en parte, por temporales». Y añade: «La norma se ha mostrado ineficaz a la hora de resolver los desequilibrios estructurales de nuestro mercado laboral».

Una tesis muy similar comparte el secretario de empleo de Comisiones Obreras, Miguel Iglesias Ballina, para quien la reforma laboral «sólo ha dejado una caída de la contratación indefinida y un aumento de la temporal». Según los datos que maneja el sindicalista, también se han disparado en los últimos meses los despidos colectivos mediante expedientes de regulación de empleo, otra de las medidas que potenciaba la reforma.

Los empresarios también coinciden con las centrales en que la reforma laboral se ha mostrado ineficaz para tratar de solucionar los problemas que hay en el mercado de trabajo. El secretario general de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), Alberto González, asegura que tanto la normativa como la situación económica del país está provocando que las compañías «se lo piensen muchos antes de contratar». Y reconoce que así no se dan las mejores condiciones para que comience a consolidarse el empleo fijo. Y añade: «La reforma laboral no incentiva las nuevas contrataciones porque es inflexible en muchas de sus condiciones».

Los sindicatos han registrado ya en el Parlamento una iniciativa legislativa popular para tratar de revocar la reforma laboral o al menos revertir, aseguran, algunas de las medidas más «lesivas para los derechos de los trabajadores».

Por contra, el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, recalcó el pasado jueves que pese a las reclamaciones de los sindicatos y de la patronal «no pondrá patas arriba la reforma laboral». Y en un duro tono advirtió de que «este país no puede estar cambiando cada mes de normas laborales, tenemos que dar tiempo a que las cosas se plasmen, se posen y forman parte de la cultura empresarial y de los trabajadores». El titular de Trabajo insistió en que el Gobierno no cambiará la norma. «No sabemos cómo se comporta esta reforma con una economía en crecimiento, pensar en que unos meses después de la reforma hay que volver a reformarla sigue siendo una forma de ver las cosas extemporánea», destacó.