Leticia Santos Vijande, profesora titular de la Universidad de Oviedo en el área de Administración y Dirección de Empresas, lideró el año pasado un equipo de investigadores para tratar de hallar las diferencias entre la forma de emprender de hombres y mujeres. En las siguientes líneas repasa alguna de las principales conclusiones del estudio.

-¿Qué dificultades se encuentran los nuevos emprendedores?

-Emprender es un proceso difícil y complejo tanto para hombres como para mujeres y ambos sin distinción se enfrentan a un mismo problema fundamental: la búsqueda y obtención de financiación. El acceso a los créditos, especialmente en la actualidad, se convierte en una ardua tarea por su escasez.

-¿Por qué sigue habiendo diferencias entre hombres y mujeres a la hora de poner en marcha su propio negocio?

-Culturalmente, continúa asociándose el término de empresario a los hombres mientras que a las mujeres se las asocia a la apertura de pequeños negocios para cubrir necesidades básicas o de servicios. A las mujeres no se las educa para ser empresarias y se les presume en menor medida esta función por lo que, en muchos casos, aunque poseen los conocimientos y las capacidades necesarios, carecen de la seguridad o del convencimiento precisos para desarrollarlos y ponerlos en práctica.

-¿Se están tomando medidas en las escuelas para atajar esta desigualdad?

-En Asturias se ha puesto en marcha un proyecto de creación de cooperativas en las escuelas en las que además se trabajan valores como la cooperación y la solidaridad. No obstante, es necesario superar el carácter lúdico que se les confiere y hacerles entender que es una opción para su futuro.

-¿Está mal visto ser empresario en Asturias?

-Existe una tendencia a asociar el concepto de empresario a propietarios de grandes empresas y a la búsqueda de éstos de grandes beneficios en detrimento de los derechos de los trabajadores. La realidad empresarial en Asturias no guarda parecido con esta visión.