Madrid / Berlín, Agencias

La canciller Angela Merkel obtuvo ayer una victoria política en el Tribunal Constitucional de Alemania que además elimina un severo obstáculo para el mecanismo de rescate financiero del que se ha dotado la Unión Europea (UE). La alta magistratura rechazó las demandas presentadas por variopintos grupos de «euroescépticos» y dictaminó que tanto las ayudas ya concedidas a Grecia como la aportación alemana al nuevo fondo de estabilidad del euro (aprobado por el Eurogrupo el 21 de julio) no contravienen la Carta Magna del país. Tal decisión, que favoreció un rebote generalizado de las bolsas, fue seguida de un discurso de Merkel en el que hizo una encendida defensa del futuro del euro. Ante el Parlamento alemán (Bundestag), la canciller afirmó que su «misión central» es ayudar a Europa a salir de la crisis «con el mismo éxito con el que lo ha conseguido Alemania». «Si fracasa el euro, fracasa Europa», dijo también en tono grave.

En un clima político doméstico en el que están floreciendo las posiciones contrarias a que Alemania contribuya al rescate de los socios europeos en dificultades, Angela Merkel dejó sentado que para ella el porvenir de su país es indisociable de la Unión y de la moneda única: «Somos de nuevo la locomotora de crecimiento en la UE, pero los éxitos no pueden perdurar si en el resto de miembros no se produce un proceso igual, ya que el futuro de Alemania es inseparable del futuro de Europa», sentenció durante un debate parlamentario sobre los presupuestos.

Frente a quienes añoran el marco, Merkel defendió el euro en estos términos: «Es mucho más que una moneda, es el garante de la vida en paz y en democracia en este continente, de la Europa unida que debemos dejar en herencia a nuestros hijos; si fracasa el euro, fracasa Europa».

Pero la líder de la democracia cristiana alemana no se salió del guión sobre cómo entiende que debe defenderse el euro: no mediante los «eurobonos» que se están demandando desde otros países para atajar la crisis de deuda soberana, sino con la austeridad y los ajustes. «Europa puede salir más fuerte que antes de esta crisis, pero para ello debemos abandonar las políticas seguidas desde los años 60, en las que se apostaba por el crecimiento a cualquier precio, a base de décadas de endeudamiento cuyas consecuencias estamos pagando ahora».

Más aún, Merkel llegó a plantear la reforma del Tratado de Lisboa (armazón constitucional de la UE) para que haya una auténtica y «vinculante» política económica común. «Si estamos de acuerdo en que necesitamos más Europa (...), una modificación del Tratado no debe ser tabú».

El Gobierno de Merkel, la UE y los mercados financieros respiraron ayer con alivio tras la sentencia del Tribunal Constitucional alemán que avala la participación del país en los rescates europeos. Varias denuncias sostenían que las decisiones del Gobierno federal para auxiliar a Grecia invadían las atribuciones del Parlamento.

La sentencia del tribunal con sede Karksruhe rechaza tal argumento, pero a la vez ordena que el Bundestag sea tenido en cuenta en futuras decisiones, aunque no mediante la intervención del Pleno -lo que podría entorpecer severamente la agilidad del mecanismo de rescate europeo-, sino a través de consulta a una comisión restringida.

El fallo de la corte alemana fue recibido durante la mañana de ayer con subidas notables en las bolsas. Los mercados europeos rebotaron tras las intensas pérdidas de los últimos tres días, con los inversores animados también por el anuncio de Obama de que emprenderá nuevos planes de estímulo para dinamizar el crecimiento de EE UU y el empleo. Ayer, el Fondo Monetario Internacional (FMI) confirmó que ha rebajado sus previsiones de crecimiento para la economía mundial (del 4,2% al 4% este año).

La Bolsa española subió el 2,77%, tras haber caído el día anterior al nivel más bajo desde marzo de 2009. También se cosecharon ganancias en Fráncfort (4%), París (3,6%) y Londres (3,2). El fallo del Tribunal Constitucional alemán, que allana el camino del segundo rescate de Grecia (considerado necesario para restablecer el orden en el mercado de deuda soberana) también aligeró las primas de riesgo de los bonos españoles de España e Italia, que bajaron a 311 y 355 puntos, respectivamente.