Oviedo / Madrid,

J. CUARTAS / Efe / E. P.

El Banco de España intervino ayer el Banco de Valencia y procedió a la sustitución de sus administradores por otros designados por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que aportará a la entidad 1.000 millones de euros en capital para restablecer su equilibrio patrimonial y hasta 2.000 millones en créditos para resolver sus problemas de liquidez.

La entidad valenciana, que cotiza en Bolsa y cuyo mayor accionista es el grupo BFA-Bankia, que preside el asturiano Rodrigo Rato, se convierte así en el primer banco que es objeto de intervención en España por el supervisor desde la de Banesto a finales de 1993 -con la salvedad de una pequeña entidad, Eurobank del Mediterráneo, en 2003-, pero es la cuarta entidad financiera que ha pasado por este trance desde 2009, tras las cajas de ahorros CCM, Cajasur y CAM. Otras tres fusiones de cajas han precisado a su vez la entrada masiva del FROB en su capital: la fusión gallega NCG y las catalanas Catalunya Caixa y Unnim.

El Banco Financiero y Ahorro (BFA), matriz de Bankia, que controla el 27% del Banco de Valencia y es su mayor accionista, ya dio a entender días atrás que no acudiría al rescate de la entidad levantina por considerar que su posición en ella es una inversión puramente financiera.

La crisis del Banco de Valencia escenifica la ruptura y distanciamiento entre Rodrigo Rato y José Luis Olivas, ambos del PP, cuya alianza permitió la creación del grupo Bankia mediante la fusión de Caja Madrid, presidida por Rato, y la caja valenciana Bancaja, que lidera Olivas, y que hasta entonces era la titular del paquete de control del Banco de Valencia. A ambas cajas se sumaron otras cinco de menor tamaño: Insular de Canarias, Caja Laietana, Caja de Ávila, Caja Segovia y Caja Rioja.

Ayer, inmediatamente después de la intervención del Banco de Valencia, José Luis Olivas, ex consejero de Economía y ex presidente de la Comunidad Valenciana, presentó su renuncia como vicepresidente de Banco Financiero y de Ahorros (BFA) y de su filial Bankia.

Con este paso atrás, el entorno de Rato refuerza su control sobre BFA-Bankia y además, al desentenderse del Banco de Valencia, el grupo reduce su exposición al riesgo inmobiliario en la Comunidad Valenciana, una de las causas del deterioro del banco levantino.

El malestar de Rato con su correligionario político José Luis Olivas se agudizó cuando en octubre, poco antes de que trascendieran las dificultades del Banco de Valencia, Olivas presentó su dimisión como presidente de esta entidad sin conocimiento previo -según se aseguró entonces- del presidente de Bankia.

El Banco de España informó ayer en un comunicado que la intervención de la entidad y la destitución del consejo de administración se hacía a petición del propio Banco de Valencia (la misma explicación se dio en el caso de la caja alicantina CAM en julio), una vez que los administradores admitieron que no estaban en condiciones de dar «una solución definitiva y urgente» a los problemas del banco.

Con la intervención, adoptada un día después de las elecciones generales, se pretende, según el supervisor, estabilizar esta institución de crédito, recapitalizarla y, acto seguido, proceder a su venta mediante un proceso competitivo de ofertas

La cotización del Banco de Valencia fue suspendida un poco antes de las cuatro de la tarde, cuando caía un 3,27 por ciento y las acciones se cambiaban a 0,74 euros. La autoridad bancaria garantizó ayer a todos los clientes del banco y acreedores que la entidad «podrá seguir operando con normalidad» y que «cumplirá con todas sus obligaciones frente a terceros».

El Gobierno valenciano, del PP, aseguró que apoyará todas las medidas para «la estabilidad y consolidación del Banco de Valencia» y los socialistas de la comunidad acusaron al PP valenciano de «haber hundido las dos cajas de ahorros valencianas, CAM y Bancaja, y al Banco de Valencia, controlado por Bancaja, ahora Bankia».