Alicante,

El Banco Sabadell, que opera en Asturias y León con la marca Banco Herrero, dio esta semana el salto a la primera división financiera española con la integración de Caja del Mediterráneo (CAM). Jaime Guardiola (Barcelona, 1957), consejero delegado del Sabadell, explica en esta entrevista los planes del grupo para la entidad alicantina, intervenida por el Banco de España después de que, tras un fallido intento de fusión con Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura, se destapara que la situación de la CAM, con un multimillonario agujero, era insostenible. Según las primeras estimaciones, el saneamiento de la caja conllevará al final unas pérdidas cercanas a los 6.000 millones que se sufragarán básicamente con cargo al Fondo de Garantía de Depósitos, sostenido por las aportaciones de la banca.

-¿Por qué el Sabadell decide pujar por la CAM, una entidad que el gobernador del Banco de España calificó como «lo peor de lo peor»?

-La razón es que para nosotros es una oportunidad de crecimiento con una entidad grande, lo que en el léxico de fusiones y adquisiciones se llama una operación transformacional, un cambio de tamaño importante. Es una operación que tenía que estar protegida de dos riesgos estructurales importantes: uno son las pérdidas generadas por el exceso de exposición al sector inmobiliario y el otro es la situación de liquidez. La CAM tiene más créditos que depósitos y ese «gap» (agujero) estaba financiado de forma precaria en los mercados. Salvados estos dos escollos, lo que queda es una franquicia que ahora está pasando por un momento que no es bueno pero que tiene mucho potencial de recuperación; eso es lo que hace atractiva esta operación.

-¿Y por qué el resto de entidades no la vio tan interesante?

-Habría que preguntárselo a ellas, pero creo que los demás, sobre todo los grandes jugadores del mercado como BBVA, Santander o la Caixa, ya tienen unas posiciones relativamente importante en el territorio de la CAM y la operación es menos estratégica para ellos de lo que representa para el Sabadell. Por eso desde el primer momento le hemos puesto más entusiasmo e intensidad. También va a haber otras oportunidades en el medio plazo y cada uno trata de apuntar a la que más le pueda convenir.

-Uno de los aspectos que más se han comentado estos días es si el Sabadell tiene riñón para reflotar la CAM. ¿Realmente están cubiertos todos los riesgos?

-Desde el punto de vista de capital y desde el punto de vista de cobertura de la pérdida esperada, vamos a salir con las cifras óptimas. En capital vamos a estar en el 9% que exige la EBA (la Autoridad Bancaria Europea). Seremos un banco sistémico, pero absolutamente protegido. Por su parte, el esquema de protección de activos nos permite tener la pérdida esperada suficientemente bien cubierta, y en lo que se refiere a la operación desde el punto de vista de la gestión, creo que el Sabadell es probablemente el banco que más experiencia tiene en integraciones.

-Se habla de que el rescate de la CAM va a ser el más caro de la historia del sistema financiero español, con unas ayudas iniciales de 5.249 millones y una EPA que cubre riesgos por valor de otros 24.600 y, sin embargo, se ha dicho que el Sabadell sólo va a pagar un simbólico euro...

-Bueno, el Sabadell va a hacer una ampliación de capital que, en parte, va a cubrir con la conversión de participaciones preferentes, y también vamos a salir al mercado.

-Pero, entonces, ¿se podría decir que el coste para el Sabadell serán los 3.200 millones en que prevé ampliar su capital?

-Se podría decir así. El coste para el Sabadell va a ser que sus accionistas, en términos políticos, se van a diluir. Otra cosa es que, tal como tenemos planificados los números y con el desarrollo de la operación que esperamos, en términos económicos sea rentable. El beneficio por acción será pronto más alto que el que había antes.

-El jueves anunciaron el cierre de 300 oficinas, que parecen muchas. ¿Dónde se producirán los recortes?

-En Alicante, Murcia y Valencia va a haber muy pocos cierres de CAM, aquí lo lógico es que haya más cierres de oficinas de Sabadell, a pesar de que ya hay poca presencia. Donde sí habrá más afectación será fuera de estos territorios.

-Han concretado, más o menos, el impacto en las oficinas, pero todavía no han dado cifras sobre el recorte de plantilla. ¿Cuántas bajas prevén?

-Va a haber una época en la que habrá mucha ansiedad por saber números, y es lógico, pero en este período que tendremos de correspondencia en la gestión con el FROB tenemos que ser un poco reservados. Tenemos ese tiempo para acabar de cerrar las ideas y hay que empezar a hablar con los sindicatos para llegar a cifras que sean lo menos traumáticas posible.

-¿El nombre será finalmente el de Sabadell-CAM?

-Vamos a hacer un análisis de mercado, pero Sabadell-CAM tiene muchas posibilidades.

-¿Qué medidas piensan articular para intentar deshacer todo el lío que tiene la CAM con el ladrillo, con casi un centenar de participaciones directas e indirectas en empresas del ramo?

-Esto está prácticamente bajo el esquema de protección de activos y, primero, vamos a hacer una simplificación administrativa para que sea más clara la estructura societaria. Los activos en sí ya los conocemos mucho, empezaremos a hacer su valoración y, en la medida en que podamos, a hacer su evacuación. Iremos ajustando los precios a valores de mercado, que es algo que ahora se podrá hacer con más comodidad porque están ya provisionados y será más fácil. Por otro lado, si hay suelo que por su posicionamiento en el mercado vemos que tiene capacidad de ser convertido en vivienda, procederemos a hacer las promociones correspondientes.

-Se van a vender activos a cualquier precio o tienen capacidad para esperar?

-Vamos a hacer lo que tenga sentido. Lo que no nos va a pasar es que un suelo con potencial siga sin desarrollo porque haya un problema de pérdida en la operación por estar mal provisionado. Pero tampoco vamos a tirar los precios más allá de lo que marca el mercado solamente porque haya provisión. Tenemos una buena estructura de profesionales en Sabadell y también hay una magnífica estructura y muy buenos procedimientos en CAM, porque esa parcela del negocio la tiene muy bien desarrollada.

-¿Qué valoración hacen de la gestión de los anteriores directivos de la CAM? ¿Piensan sumarse a las denuncias presentadas contra ellos?

-Con respecto a las denuncias, están los administradores del FROB, que han hecho todos los procesos y que suponemos que tendrán su continuidad. Entendemos que con la caja intervenida y con un período bajo su administración, el FROB ya habrá hecho todo lo que tenía que hacer. Con respecto a la valoración de la gestión, a cualquier profesional le cuesta hablar de otros. Está claro que la CAM ha llegado a una situación muy compleja y, como todo en la vida, pues es responsabilidad de quien tiene la dirección, tanto cuando las cosas van bien como cuando van mal. Es una entidad que tiene muy buenos profesionales, formados en este negocio. La reconstrucción de la CAM se va a hacer con los profesionales de la CAM, que han pasado una época muy mala y son tan buenos como los mejores del sector. En banca pasa una cosa muy curiosa: la gente, en general, habla mal de los bancos, habla algo mejor de su entidad, y mucho mejor de su oficina y de su gestor.

-¿El Sabadell se da por satisfecho con esta operación o va a ir a por otras entidades, como el Banco de Valencia?

-Vamos a estar tan dedicados a esto que durante un buen tiempo va a ser nuestra única obsesión.

-¿Cree que la reestructuración del sector ha finalizado?

-Creo que estamos a medio camino. Va a seguir y muy rápido porque hay dos entidades intervenidas, que son Unnim y el Banco de Valencia. No creo que tardemos muchos meses en ver la resolución de estas dos. En un marco de operaciones más privadas, vamos a ver más integraciones. El proceso de concentración es inevitable porque éste es un negocio donde funciona la escala. Básicamente en dos temas: en los costes y en la financiación. En los costes casi se podría hacer una especie de «ranking» de productividad que coincidiría con el de tamaño. Hay una proporción entre el tamaño y la eficiencia. Y luego en la financiación. En la época de bonanza se confundieron los términos porque emitía al mismo coste una Caja Rural pequeña que el BBVA, pero eso ya no ocurre y los rangos se han abierto de manera espectacular.

-¿Es justo que se cargue al conjunto del sistema el coste del rescate de determinadas entidades como ocurrió en la CAM?

-Bueno, sí parece más razonable que lo pague el sector antes que los contribuyentes. Habrá que mantener los niveles de capital y generar los resultados para ello, y eso se hace a través de los precios. Pero si hablamos de justicia, sí parece lógico que se haga así. Otra cosa será el coste final, si resulta una losa demasiado pesada para la competitividad de las entidades... pero eso habrá que verlo.