La canciller alemana, Angela Merkel, mantuvo la pasada semana, coincidiendo con la Cumbre europea de Bruselas, una conversación con el primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, en la que ensalzó las bondades de la oferta que la eléctrica germana E.On ha presentado en el proceso de privatización de Energías de Portugal (EDP), grupo propietario de la asturiana Hidrocantábrico (HC Energía). El diario británico «Financial Times» ha revelado que Merkel intervino de ese modo en favor del aspirante alemán, que compite con el grupo chino Three Gorges y con las compañías brasileñas Eletrobras y Cemig por hacerse con una participación que daría al ganador el control de EDP y con ello el de HC Energía.

La privatización del 21,35% de EDP (casi la totalidad de la participación pública) es una de las condiciones incluidas por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) en la negociación del auxilio financiero que el país luso está recibiendo de ambas instituciones desde la pasada primavera. Y Alemania es el principal contribuyente del fondo europeo de rescate, lo que en Lisboa ha alimentado la hipótesis de que E.On intente sacar partido de una presión política de Berlín.

Según «Financial Times», esa presión se habría producido en forma de un diálogo entre Merkel y Passos Coelho durante el cual la canciller destacó ciertos aspectos de la oferta de E.On, como su disposición a trasladar a Portugal parte del negocio de energías renovables.

China se perfila como el gran rival de la oferta alemana. El gigante energético público Three Gorges (Tres Gargantas) ha presentado la propuesta económica más elevada (2.700 millones de euros). Informaciones oficiosas indican que la de E.On se ha quedado en torno a los 2.300 millones. La compañía alemana viene, además, de sufrir un severo varapalo motivado por una decisión del Gobierno Merkel: el cierre anticipado a 2022 de las centrales nucleares, giro radical en política energética que ha cercenado las expectativas de negocio de E.On. La compañía ya ha planteado un recorte de 11.000 empleos.

E.On intenta su segunda gran operación en la península Ibérica, tras el fiasco de la oferta que lanzó en 2006 sobre Endesa. La primera eléctrica española acabó en manos italianas (Enel), y E.On sólo consiguió hacerse con Electra del Viesgo (hoy E.On-España), entonces controlada por Endesa, en el proceso de desinversiones que impusieron las autoridades de la Competencia. La posibilidad de hacerse con el 21,35% de EDP permitiría a E.On ser el primer accionista de un grupo hegemónico en Portugal, con una posición relevante en España a través de Hidrocantábrico y con activos muy valiosos en Brasil y en el negocio de las energías renovables (a través de la filial EDP Renovables, con sede en Oviedo).

E.On y Three Gorges aparecen como los candidatos más sólidos en la puja por EDP. Más desde que ayer el consejo general de supervisión de la eléctrica lusa, en el que están representados los principales accionistas (incluido Liberbank, el banco de Cajastur, que posee el 5% de EDP), emitiera un informe favorable a las ofertas de Alemania y China, frente a las de Eletrobras y Cemig, ambas, compañías brasileñas y bajo control público. Ese informe no es vinculante, pero indica las preferencias de los socios privados más cualificados y de la dirección. Según la prensa de Brasil, Eletrobras tendría un acuerdo con la española Iberdrola para conformar un nuevo núcleo accionarial en EDP. Iberdrola, que posee el 6,8% de la eléctrica portuguesa, negó ayer que exista tal pacto.