Oviedo, L. G.

El Banco de España ha dado talla oficial a los pronósticos que dan por seguro un agravamiento de la crisis: el país sufrirá este año una nueva recesión que destruirá en torno a 500.000 puestos de trabajo y que elevará la cola del paro por encima de los 5,4 millones de personas, según la estimación que ayer divulgó el supervisor financiero. De acuerdo con ese análisis, la actividad económica y el empleo sufrirán por el impacto de la inacabada crisis de deuda soberana en Europa, por el «ineludible» proceso de consolidación fiscal (reducción del gasto público y aumento de impuestos), por el debilitamiento de la economía global y por la falta de crédito. Ante tal escenario, el Banco de España apremia al Gobierno de Rajoy a abordar reformas «más decididas» y a concretar con premura los ajustes que piensa emprender.

Las predicciones del servicio de estudios del regulador financiero para 2012 se asemejan a las del Fondo Monetario Internacional (FMI). El Banco de España augura que el producto interior bruto (PIB) se contraerá el 1,5% (el 1,7%, según el FMI). Hay en cambio discrepancias sobre las previsiones para 2013: el Fondo ha pronosticado que la recesión continuará el próximo año, mientras que el informe conocido ayer vaticina una «modesta recuperación» (0,2%). España no creará empleo neto hasta la segunda mitad de 2013, se añade.

La institución que gobierna Miguel Ángel Fernández Ordóñez cree que de hecho el país ya está, al igual que buena parte de Europa, con un pie en la recesión, situación que técnicamente se produce cuando una economía encadena dos trimestres consecutivos de decrecimiento. El Banco de España estima que en el último trimestre de 2011 el PIB cayó el 0,3%. La economía camina así hacia la segunda recesión de la actual crisis, una fase en la que el altísimo paro español marcará nuevos récords: el regulador financiero estima que este año se perderá el 3% del empleo (más de 500.000 puestos de trabajo) y que la tasa de paro llegará al 23,4%. En el supuesto de que se mantenga estable la población activa (el conjunto de los ciudadanos que trabajan o están en disposición de hacerlo), tal nivel de desempleo supone que como media se superarán los 5,4 millones de parados.

Todas esas predicciones están calculadas sobre un escenario económico en el que se da por hecho que el Gobierno tomará las medidas necesarias (sobre todo de recorte de gasto) para rebajar el déficit público del 8% (estimación del Ejecutivo para 2011) al 4,4% comprometido con Bruselas. El Banco de España considera «ineludible» cumplir ese objetivo, un proceso que, reconoce el organismo, acentuará la pérdida de actividad. Según este análisis, la nueva recesión será consecuencia de un intenso retroceso de la demanda nacional (consumo e inversión), tanto por el lado del sector público como del privado; el consumo de los hogares bajará por el impacto de las subidas fiscales y el alto paro, y las exportaciones, que tiraron de la muy frágil recuperación en 2010 y 2011, perderán fuelle. El Banco de España añade que el panorama puede ser aún más severo si se recrudecen las tensiones financieras en Europa, aún por resolver.

¿Qué capacidad de maniobra tiene España ante tal escenario? El equipo de Fernández Ordóñez insta al Gobierno de Rajoy a emprender «actuaciones más decididas en el ámbito de las reformas estructurales». Sugiere una «reforma integral» del mercado de trabajo, «nuevos avances» en la reestructuración financiera y una «definición temprana» de las políticas (recortes de gasto, principalmente) que el Ejecutivo piensa emprender para corregir el déficit público. De ese modo, señala el documento, sería posible aliviar la intensidad del ajuste y de la recesión que vienen.