La banca española ha aplaudido la reforma financiera que aprobará mañana el Gobierno y ha asegurado que el sector está en condiciones de cumplir con los nuevos requerimientos que obligan a sanear los activos inmobiliarios de las entidades.

El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, ha presentado algunos detalles de la reforma, que establece un saneamiento de los activos inmobiliarios por valor de 50.000 millones de euros, mediante el aumento de las provisiones y creando un colchón de capital.

Aunque el plazo que ha dado el Gobierno para cumplir con estos requisitos es de un año, las entidades que entren en un proceso de fusión o lo hayan iniciado en los últimos cinco meses, tendrá dos años.

Al respecto, un portavoz de la Asociación Española de Banca (AEB) ha asegurado que los bancos están "en disposición de cumplir" con dichos requerimientos y que la estrategia del Gobierno de generar entidades "fuertes y rentables a través de fusiones reales", "es acertada.

Eso sí, "siempre que ello suponga la resolución de las entidades más débiles e inviables en este proceso", apuntó.

Además, ha destacado el esfuerzo que está haciendo el Ejecutivo, al que ofrece "su plena y leal colaboración en la consecución de estos objetivos".

Las cajas se comprometen a colaborar

La Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), por su parte, se ha comprometido a colaborar en la puesta en marcha de la reforma "activa y lealmente".

En un comunicado, la CECA ha valorado la reforma porque "comparte su objetivo de impulsar el saneamiento de los activos problemáticos, a fin de configurar un sistema financiero más sólido sobre el que apoyar la recuperación de nuestra economía".

La CECA, en cualquier caso, confía en que con esta reforma "se dé por completado el marco regulatorio de las entidades de crédito".

BFA-Bankia, una de las primeras entidades en reaccionar, también ha señalado que cumplirá los nuevos requisitos dentro de los plazos y condiciones establecidas, y ello sin necesidad de recurrir a fondos públicos.

El grupo Banco Financiero y de Ahorros (BFA) cuenta con recursos como deuda subordinada y participaciones preferentes; provisiones genéricas (por importe de 1.100 millones de euros) y la venta de activos no estratégicos.

Las preferentes y subordinadas del grupo llegan a 6.300 millones.

Además BFA ha destacado que tampoco se puede olvidar que para afrontar estas exigencias cuenta con los resultados que sigue generando.

Desde la entidad BMN, un portavoz también ha indicado que durante este año el banco "asumirá este año las provisiones y podrá conseguir el colchón (de capital) establecido".

Para BMN la reforma del Ejecutivo "es correcta" y ayudará "a sanear definitivamente el sector".

También, en su opinión, ayudará "a recuperar la credibilidad de los mercados y contribuirá junto a otras medidas, a la recuperación económica de España".

UGT teme más paro

Por el contrario, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, ha advertido de que la nueva reforma financiera puede provocar más despidos por impulsar las fusiones entre entidades y que sigan desapareciendo las cajas, de las que ha dicho que son las que más créditos dan a las pymes.

Méndez ha matizado que para evitar estos dos "efectos colaterales" la reforma financiera, que en su opinión es "urgente", se tenía que haber hecho hace tiempo.

Izquierda Unida, por su parte, ha propuesto una reforma del sistema financiero basada en la nacionalización de las cajas de ahorro y en la ampliación de competencias del Instituto de Crédito Oficial (ICO), de forma que exista una verdadera banca pública alternativa a la privada.

El grupo también plantea que la propiedad de las cajas nacionalizadas sea pública y su control "democrático", por lo que quedaría prohibida cualquier actividad especulativa, además de conservarse el empleo existente en el sector.