Atenas / Oviedo,

Efe / Reuters / EP

El Gobierno de unidad nacional de Grecia, en medio de una gran tensión que se ha cobrado ya seis dimisiones en el gabinete y una fractura en el Ejecutivo, aprobó en la noche del viernes el texto que concreta las reformas que la UE y el FMI habían exigido al país a cambio de conceder el segundo plan de rescate, de 130.000 millones de euros. Ahora, el texto debe ser aprobado mañana por el Parlamento como exigió el Eurogrupo.

El primer ministro de Grecia, Lucas Papademos, dijo que la quiebra de su país «no es una opción» por lo que su Gobierno, que se enfrenta a numerosas deserciones internas y a una nueva huelga general hoy y mañana, seguirá adelante con el nuevo plan de ajuste y sacrificios.

Un ministro y cuatro viceministros, del partido ultraderechista LAOS y del socialista PASOK, dimitieron ayer en desacuerdo con las nuevas medidas de austeridad, como ya había hecho la víspera el titular socialista de Trabajo.

El partido Alerta Popular Ortodoxa (LAOS), tercer socio del Gobierno de Grecia, anunció que no votará mañana en el Parlamento a favor del acuerdo alcanzado con la «troika» (UE, BCE y FMI), lo que supone una ruptura interna en el Ejecutivo. «No votaremos un plan de austeridad que humilla al país», dijo LAOS.

Además, al menos otros 25 diputados socialistas y una decena de parlamentarios conservadores dijeron que también votarán en contra. Todo ello elevó la prima de riesgo española (subió 22 puntos básicos, hasta 339) e hizo caer las bolsas, incluido Wall Street.