Toledo / Segovia, Agencias

María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha, calificó ayer de «demagógico, injusto y mentira» que con la reforma laboral que ayer entró en vigor «se quiera abaratar el despido» y tachó de «cínicos» a quienes, como el PSOE, aseguran esto. De Cospedal dijo que la reforma «quiere incentivar la contratación y no condenar a los jóvenes a que emigren o a ser becarios».

La «número dos» del PP recriminó a los sindicatos: «Nadie entiende que hayan estado callados durante siete años viendo cómo se incrementa el paro y que hoy protesten porque los empresarios puedan decidir cómo salvar su futuro en vez de cerrar una empresa».

Los sindicatos, que hicieron huelgas generales a Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero por cambios en la legislación laboral, protestan, según Cospedal, «porque pierden su capacidad de influencia en todas y cada una de las empresas de este país». «¿Cómo es posible que se opongan a que se cree un contrato indefinido con protección o que digan que no a deducciones fiscales por contratar a menores de 30 años?», se preguntó.

Óscar López, secretario de organización y «número tres» del PSOE, denunció que la reforma del PP busca, dijo, «la demolición de los derechos de los trabajadores»: «No creará empleo y deteriorará las condiciones laborales de los que hoy tienen un empleo», agregó.

La ministra de Empleo, Fátima Báñez, se reunirá hoy con los sindicatos y la patronal. Y lo mismo hará el líder de la oposición y secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba. UGT y CC OO repitieron ayer que la huelga general la puede evitar el Gobierno si retira los aspectos que juzgan lesivos de la reforma. CEOE dijo que a partir de ahora el despido improcedente (el que tiene derecho a mayor indemnización, ahora también rebajada) quedará «como una anomalía, algo residual».

Unos 300.000 portugueses se manifestaron ayer en Lisboa contra los recortes sociales en el país.