Oviedo, M. M.

El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, se comprometió ayer a salvar el futuro de la planta de Arcelor-Mittal en Florange, donde la compañía anunció la semana pasada la parada temporal, pero sin fecha de arranque, de sus instalaciones, incluidos los hornos altos.

Unos doscientos trabajadores de la siderúrgica están encerrados desde el pasado lunes en las instalaciones fabriles en protesta por la decisión de la compañía, que insistió en que la medida se debe a la caída de la demanda y a la falta de pedidos. Los trabajadores aseguran que el único objetivo es concentrar producción y reducir al máximo los costes para ahorrar 800 millones de euros, unos 1.000 millones de dólares, según el plan comprometido con los inversores.

Sarkozy aseguró ayer que ya había hablado con la dirección de Arcelor-Mittal y que habrá negociaciones. «No quiero que Florange muera», afirmó el también candidato a la Presidencia francesa. Y añadió que «en el año 2012 vamos a conseguir que Florange vuelva a abrir».

Pero las promesas electorales de Sarkozy no convencen a los trabajadores. Cuando Sarkozy era presidente electo en 2007 había dicho que no dejaría que se perdiera el empleo ni el saber industrial. En 2008 se cerró la cercana planta de Arcelor-Mittal de Gandrange, donde los trabajadores colocaron una placa que reza: «Aquí yacen las promesas de Nicolas Sarkozy».