Florange / Oviedo, J. L. S.

Cientos de trabajadores de Arcelor-Mittal en Florange (Francia) se manifestaron ayer pidiendo que se esclarezca ya su futuro a laboral. Las protestas se producen un día después de que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunciara que el gigante siderúrgico iba a invertir 17 millones de euros en mejorar las instalaciones galas, dos de ellos dirigidos a reactivar uno de los hornos altos de la planta, parados desde hace meses. El gigante siderúrgico corrigió las palabras del líder francés y matizó que la reapertura de la instalación sólo se producirá «si mejora la demanda durante el segundo semestre del año».

Los trabajadores cortaron durante más de dos horas la vía férrea en la localidad de Mosela, incluido el paso del tren de alta velocidad que comunica Metz con Luxemburgo. También ocuparon las vías que dan suministro a la planta de acero. «El objetivo es interrumpir la producción, al menos, durante un día», explicaba un sindicalista a la prensa gala. Los manifestantes fueron desalojados por la Policía antidisturbios. En los enfrentamientos entre los trabajadores y la Gendarmería francesa se produjo un herido.

Los representantes de las centrales sindicales francesas aseguraron que a pesar de las palabras de Sarkozy, temen que Arcelor anuncie en breve el cierre de las instalaciones de Florange, como ya ha ocurrido con las plantas de Lieja (Bélgica) y de Madrid.

Sarkozy, que se encuentra en plena campaña electoral, sacó pecho en una emisora de radio diciendo que el gigante siderúrgico, que preside Lakshmi Mittal, tenía previsto invertir 17 millones en Florange y arrancar ya los dos hornos altos. En un comunicado, la empresa confirmaba las inversiones, pero ponía en duda la reapertura de las instalaciones paradas. Los sindicalistas y trabajadores, en cambio, desconfían de las palabras de la empresa y de Sarkozy, y aseguran que las declaraciones sólo son «una estrategia» para tratar de calmar los ánimos.

La multinacional siderúrgica ha amenazado también con parar uno de los dos hornos altos que están funcionando en Veriña (Gijón) si la división de Largos no mejora su competitividad. La dirección de la compañía también comunicó durante esta semana que las inversiones pendientes están, asimismo, condicionadas a un incremento de los rendimientos.