Atenas / Washington, Efe / EP

El Fondo Monetario Internacional (FMI) está dispuesto a aumentar su préstamo a Grecia en 5.000 millones de euros adicionales respecto a lo inicialmente previsto, con lo que se alcanzaría la cifra de 28.000 millones durante cuatro años. Con ello, dijo la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, este organismo acredita su compromiso de apoyo a Grecia y a su «ambicioso programa económico».

Pese a este pronunciamiento de respaldo al país heleno, y a pesar del éxito de la reestructuración de la deuda griega, y de la importante quita negociada con sus acreedores privados, la agencia estadounidense de calificación crediticia («rating») Moody's aseguró que Grecia ya ha quebrado.

Moody's, que rebajó hace una semana la calificación de la deuda de Grecia al mínimo rango de solvencia (la categoría «C»), situándola así al borde de la bancarrota, argumenta que el país ha quebrado conforme a «sus definiciones de "default"» o suspensión de pagos.

Moody's ha decidido por ello mantener la nota de la deuda helena en «C», lo que denota una «situación de insolvencia», es decir, un impago efectivo o anunciado a futuro con mínima expectativa de recobro: la bancarrota. Esto indica, dijo Moody's, «la magnitud de las pérdidas previstas para los inversores».

Otra agencia calificadora, Fitch, también se ha pronunciado con una rebaja de su nota de solvencia de Grecia a la categoría «RD» o «impago restringido», que es el último peldaño por encima de la suspensión de pagos, tras la confirmación por parte de Atenas y Bruselas de los planes para llevar a cabo el canje de deuda en poder de los acreedores privados del país heleno.

El proceso de condonación de la deuda griega ha sembrado también dudas sobre el funcionamiento y eficacia de los seguros de impago contratados por los tenedores de bonos soberanos, ante la posibilidad de que otros países como España, Portugal o Italia se enfrenten también a una reestructuración.

La Asociación Internacional de Permutas y Derivados (ISDA), con sede en Londres, concluyó a su vez que la quita de la deuda griega -mediante la que los inversores canjean sus bonos de deuda soberana por otros de menos valor «H» había constituido un impago («credit event»), lo que activaba la ejecución de los seguros de impago o CDS.

Lagarde advirtió que para que Grecia recupere la «competitividad» y alcance una «posición fiscal sostenible» deberá adoptar «mantenidas y profundas reformas estructurales» durante un «prolongado» periodo de tiempo. En este escenario, el FMI debería seguir ayudando al Gobierno heleno y respaldar las contribuciones realizadas tanto por el sector privado como por la economía de la eurozona, según Lagarde.