Madrid, Agencias

El Gobierno propuso ayer castigar a los vehículos más contaminantes, tanto a los que emiten más CO2 como a los que generan mayores cantidades de dióxido de nitrógeno (NO2) y partículas en suspensión (sobre todo los diésel), mediante la modificación del actual impuesto de matriculación.

«En principio, las comunidades autónomas están de acuerdo» y los ayuntamientos desean analizar antes las consecuencias recaudatorias, según aseguró el secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, tras reunirse la conferencia sectorial de Medio Ambiente.

Para ello, se revisará la disposición adicional octava de la ley de calidad del aire (ley 34/2007), que regula el impuesto de matriculación. «Este impuesto tiene una orientación medioambiental», no recaudatoria, añadió Federico Ramos, en cuya opinión los efectos económicos no tienen por qué variar «sustancialmente», aunque no existe una estimación económica. «Se trata», destacó, «de tener un instrumento fiscal más potente para que los ayuntamientos puedan hacer que en sus calles circulen coches con menos emisiones» contaminantes.

Para determinar cuáles son los vehículos más contaminantes se tienen cuenta, además de las emisiones de CO2, las de óxidos nitrosos y partículas en suspensión, tal y como recoge el plan de calidad del aire, aprobado por el anterior Gobierno. Este plan, que se elaboró «sin consenso de las comunidades autónomas y sin la participación de los ayuntamientos», también será objeto de revisión, según aseguró tras la reunión el secretario de Estado.