Oviedo,

M. J. I. / L. G. / Agencias

El Consejo de Gobierno del Principado autorizó ayer la firma de un convenio con el Banco de España que supone el primer paso para que la Administración regional haga emisiones de deuda pública para financiarse. Camino de las elecciones del próximo domingo, el Ejecutivo de Francisco Álvarez-Cascos deja terreno avanzado para que el próximo gobierno pueda emitir «asturbonos» y realizar colocaciones en los mercados de capitales o entre ahorradores, en este último caso mediante la oferta de «bonos patrióticos» que han utilizado algunas regiones.

La iniciativa de la Consejería de Hacienda coincide cuando el endeudamiento de la Administración asturiana ha escalado hasta los 2.155 millones (más de 2.400, si se incluyen todas las empresas públicas). Hasta ahora, el Principado se ha financiado mediante préstamos contratados con bancos y cajas de ahorros. El equipo de Cascos quiere ahora que Asturias se sume a regiones que, como Andalucía, Baleares, Castilla y León, Cataluña, Madrid, Murcia o Valencia, ya utilizan la colocación de bonos de deuda para obtener recursos y financiar sus déficits.

El convenio con el Banco de España implica que el regulador financiero «prestará a nuestra comunidad el servicio financiero de la Deuda Pública, contribuyendo con sus medios a facilitar los procedimientos de emisión, amortización, y, en general, la gestión de la misma».

El actual Gobierno asturiano se plantea acudir al mercado en un momento adverso para las autonomías. Algunas comunidades han tenido problemas últimamente para colocar sus emisiones de deuda. Los inversores institucionales (bancos, fondos de inversión y de pensiones...) reclaman intereses cada vez mayores ante las crecientes dudas sobre la capacidad de pago de las regiones españolas. El caso más reciente es el de Castilla y León: acudió al mercado de deuda para captar 200 millones de euros y sólo emitió por valor de 53 millones ante los exigentes intereses que se le pedían. Madrid y Aragón también han tenido que pagar rendimientos elevados, superiores en 200 puntos básicos (un 2%) a lo que el Tesoro español abona por sus propias emisiones.

Tal situación ha movido al Ministerio de Economía a buscar fórmulas para armonizar las emisiones de las diferentes administraciones públicas y abaratar con ello los costes. Esto podría suponer en los próximos meses el lanzamiento de los «hispanobonos» que varias autonomías llevan meses reclamando. El ministro Luis de Guindos ha mostrado disposición para encontrar una salida, que recuerda a escala española la figura de los «eurobonos» que se demandó para la zona euro en los momentos más duros de la crisis de deuda soberana.

Fuentes financieras señalaron ayer que, en un encuentro celebrado entre inversores y el Tesoro Público, se expuso la disposición a estudiar la creación de los «hispanobonos». La operación lleva tiempo y requiere definir el aval que ofrecería el Estado en estas emisiones, las garantías que tendría la deuda, así como su denominación, plazos de vencimiento o rentabilidad.

La idea de los «hispanobonos» toma cuerpo cuando España vuelve a pasar por dificultades en los mercados. La prima de riesgo (interés extra que exigen los inversores para comprar deuda de un país) se colocó ayer en 358 puntos tras haber subido 40 en dos sesiones.

España ha vuelto así a estar en la diana de los mercados, por la desconfianza en su capacidad de pago y los ataques especulativos. Un directivo del banco Citigroup alimentó las tensiones anteayer al afirmar que el país está «más cerca que nunca» de sufrir una quiebra. La Bolsa cayó ayer el 1,6%, tocada por los malos datos sobre el crecimiento de China y Alemania.

A pesar de esas tensiones, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, considera que «lo peor de la crisis ha pasado, aunque sigue habiendo riesgos». Draghi ha sugerido que el Eurobanco empezará a retirar las medidas monetarias extraordinarias.