Oviedo,

Marián MARTÍNEZ

La Federación Asturiana de Empresarios (FADE) aseguró ayer que la huelga general convocada para mañana supondrá un coste superior a los 50 millones de euros, y la pérdida de dos millones de horas de trabajo. La patronal asturiana mostró su respeto por aquellos que quieran secundar el paro, pero advirtió de que «pese a la reforma laboral, el trabajador español es el más protegido de la OCDE en su conjunto», según el secretario general de FADE, Alberto González. También negó «radicalmente» que la organización empresarial recomiende el cierre patronal. El presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), Miguel Martín, aseguró ayer que la huelga «acerca España a Grecia y la aleja de Alemania».

Alberto González señaló que varios empresarios asturianos han trasladado a la patronal que sus trabajadores les han dicho que no quieren ir a la huelga. Sin embargo, la acción de los piquetes informativos les puede condicionar. Por eso, el secretario general del FADE reclamó que se respete tanto el derecho a trabajar como el de secundar la jornada de paro, y que los piquetes informativos no se conviertan en coercitivos.

Tras remarcar el coste que supondrá para la región la huelga general convocada para mañana, afirmó que el mercado laboral español «continúa siendo inflexible, y eso es un agravio comparativo para las empresas, pero también para los trabajadores, sobre todo para los que buscan empleo». «Cuando cada vez que haya una crisis, grande o pequeña, se pierden entre 3 y 3,5 millones de empleos, es que las cosas no se hacen bien», añadió.

El secretario general de FADE expresó el malestar por la publicación, en la página web de UGT Asturias, de las empresas que han hecho ya uso de la reforma laboral. «No han hecho nada ilegal, sino que por su crítica situación están utilizando la legislación vigente. Es como si nosotros publicamos que un sindicalista utiliza sus horas sindicales y en qué. Si hace uso de un derecho recogido en la ley, no hay nada que decir».

Alberto González también se refirió a las críticas lanzadas desde UGT y CC OO contra el presidente de la patronal, Severino García Vigón, y contra la patronal. «Se contribuye poco desde los sindicatos a encontrar el espacio de consenso que todos reclamamos y necesitamos», afirmó. «Se trata de adaptarse a los tiempos, y las cosas ya no son como eran en la Revolución del 34, o en la huelga del 62. Hay quienes consideran más importante avanzar y otros que quieren amarrarse a lo que tenían aunque sea a costa de poner en riesgo los derechos y nos lleven al borde del precipicio».