Oviedo, Marián MARTÍNEZ

El centro de la capital del Principado quedó ayer totalmente colapsado por las decenas de miles de personas que participaron en la multitudinaria manifestación de protesta «contra la reforma laboral, los recortes y el desmantelamiento de los servicios públicos y el Estado de bienestar». Los líderes de UGT, CC OO y USO coincidieron en calificar de «histórica» la protesta, llegando a compararla con las de la época de la reconversión industrial. Resaltaron que en la manifestación participaron los que no estaban ya «amenazados ni coaccionados» por sus empresas, «los miles de parados que no pueden hacer huelga porque no tienen trabajo y la sociedad en su conjunto». Y advirtieron al Gobierno de Mariano Rajoy que si no se recupera el diálogo social, las movilizaciones irán «in crescendo».

Cientos de personas rodeaban la plaza de América una hora antes del inicio de la protesta. De hecho, la cabecera de la manifestación tuvo que partir de la avenida de Galicia ante la imposibilidad de llegar más allá. También en las vías de acceso a Oviedo se registraron retenciones que retrasaron la incorporación de cientos de manifestantes.

El recorrido se inició sin sorpresas, más allá de que al dispositivo de seguridad le costó abrir camino entre los manifestantes que se agolpaban a ambos lados de la avenida de Galicia, hasta enfilar la avenida de Cervantes. Los problemas surgieron al paso de la manifestación por la calle de la Independencia. En Viaducto del Ingeniero Marquina, agentes antidisturbios del Cuerpo Nacional de Policía mantenían retenidos a manifestantes convocados por el movimiento 15-M y a otras personas que portaban banderas de la CNT y pancartas. El objetivo era impedir su incorporación a la protesta convocada por UGT, CC OO y USO hasta el final.

Pero un grupo de participantes en la manifestación principal decidió acercarse a los minoritarios y la Policía se vio obligada a establecer un espacio de separación de unos 30 metros entre unos y otros, que se cruzaban consignas y aplausos. La Policía intentaba mantener las distancias, mientras el ambiente se iba caldeando. Hasta que después de algo más de media hora, los agentes se vieron obligados a intervenir y cargar contra ambas partes cuando rompieron la barrera policial.

La carga se saldó con un detenido, que fue puesto en libertad tras ser identificado, y varios heridos sin gravedad, aunque según el 15-M uno de ellos resultó con un brazo roto.

Este incidente cortó la manifestación durante casi una hora, así que cuando empezaron las intervenciones de los líderes sindicales decenas de miles de personas todavía no habían podido cumplir ni la mitad del recorrido. Pero cuando lo hicieron, llenaron la calle Uría, el paseo de los Álamos, parte de la calle Toreno y del Campo San Francisco. El secretario general de USO, Francisco Baragaño, comparó la manifestación de ayer con «aquellas épicas de finales de los años 70 y los 80», durante la reconversión industrial de la región.

El primero en intervenir fue el secretario general de CC OO, Antonio Pino, quien remarcó el éxito de la huelga general, «pese a quien le pese», y de «una de las manifestaciones más masivas de la democracia, y más necesaria, en contestación a la agresión sin precedentes del Gobierno de Mariano Rajoy contra los trabajadores».

Justo Rodríguez Braga, secretario regional de UGT, advirtió de que manifestaciones tan multitudinarias como las que se celebraron ayer en España -la de Oviedo fue una de 381- «deben servir para que el Gobierno rectifique» porque, si insiste en recortar salarios y derechos, «como a los trabajadores griegos» y «mantiene la apuesta por la confrontación, nos tendrá enfrente». Los tres líderes sindicales se refirieron también a los resultados electorales en Asturias y Andalucía, «otro aviso más para Rajoy». El siguiente, «el Primero de Mayo».