El magnate norteamericano Sheldon Adelson, presidente de Las Vegas Sands Corporation, ha asegurado que prevé que en un mes y medio se conozca ya la ubicación definitiva del complejo de ocio Eurovegas, que se disputan las ciudades de Madrid y Barcelona.

Adelson ha asegurado que le gustan ambas ciudades por igual y que tienen sus "diferentes ventajas" para ubicar el megacomplejo de ocio y congresos.

En declaraciones a Catalunya Ràdio y TV3 tras la reunión que ayer mantuvo en Las Vegas con representantes de la Delegación del Gobierno de Madrid, Adelson ha reconocido que la limitación de altura del proyecto en Barcelona -los edificios del complejo deberían cumplir una altura máxima por su proximidad al aeropuerto de El Prat- "es un problema" para acoger el complejo de ocio.

Además, Adelson ha adelantado que próximamente someterá la decisión al consejo de administración de la compañía, y que la ubicación definitiva del complejo podría hacerse pública en un mes y medio.

Respecto al modelo de negocio, el magnate ha explicado que en el caso español los casinos no se ubicarían en el centro del complejo hotelero, como sucede en Las Vegas, por lo que no serían un lugar de paso obligado hacia las habitaciones de los hoteles.

"Este modelo, donde el casino es el centro, como una rueda, y el resto de atracciones son los radios, no es el que vamos a seguir en España. La gente tendrá que buscar dónde está el casino", ha declarado Adelson, que no ha descartado, irónicamente, decantarse finalmente por aquella ciudad donde "se coma mejor".

La reunión que mantuvieron el pasado sábado día 31 de marzo el conseller de Territorio y Sostenibilidad, Lluís Recoder, y el magnate estadounidense Sheldon Adelson finalizó sin acuerdo por lo que respecta a la posibilidad de instalar el complejo de ocio Eurovegas en Barcelona, debido a "la falta de sintonía" con respecto al modelo constructivo.

"De momento -reconoció Recoder al acabar la reunión- no hemos encontrado el encaje territorial del proyecto en la zona del Aeropuerto de Barcelona".

El principal escollo, precisó también el conseller, es "la falta de sintonía sobre el modelo constructivo", especialmente porque la proximidad de los terrenos ofrecidos al Aeropuerto del Prat limita obligatoriamente la altura máxima de los edificios que se puedan edificar.