La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, aseguró ayer que el Gobierno garantizará una sanidad «gratuita y de calidad», aunque admitió que hacen falta reformas para que el sistema sanitario que tenemos, «que es magnífico», sea también «viable».

El responsable de Sanidad y Asuntos Sociales del PP, José Ignacio Echániz, también llamó a la «tranquilidad» porque no va haber recortes en los servicios que se prestan, sino «ajustes» en gastos «improductivos e innecesarios».

Ambos dirigentes trataron así de calmar ayer las aguas una vez que la víspera el ministro de Economía, Luis de Guindos, desvelase a un diario alemán que el Ejecutivo ultima una reforma de la sanidad y la enseñanza públicas

La secretaria de política social del PSOE, Trinidad Jiménez, alertó de que su partido defenderá «hasta el final» los derechos públicos sanitarios y anunció el «rechazo frontal» al copago que, a su entender, «intenta introducir» el PP en este sector. Jiménez expresó la «profunda preocupación» de esta formación ante los recortes en servicios sociales y, en concreto, en el sector sanitario. A su entender, la propuesta del PP es «inaceptable» porque «no sólo» plantea recortes, sino que «pone en cuestión» el modelo de Estado del bienestar puesto en marcha hace más de treinta años y «permite su desmantelamiento».

Echániz, del PP, negó la acusación: «No va haber recortes; sí ajustes, porque hay márgenes de eficiencia que, bien resueltos, generan holguras para hacer las cosas mejor».

«Yo definiría la situación de nuestro sistema sanitario de absolutamente insostenible. Hacen falta reformas», dijo Mato. Pero la Ministra alegó que se puede «racionalizar el gasto, mejorar los sistemas y quitar duplicidades a través de una cartera básica de servicios» sin dañar las prestaciones y su cobertura. En declaraciones a «La Razón» afirmó que hay que «elegir unos servicios básicos para los ciudadanos que tengan que ser obligatoriamente atendidos en todas las autonomías por igual», y que el sistema autonómico «ha funcionado», pero que «no se puede mantener a base de no pagar a los proveedores». «Es inviable», puntualizó.

La responsable de Sanidad negó que vaya a haber «medicamentazo», es decir, que no se va a dejar de pagar medicamentos por el hecho de que sean baratos, pero sí ha señalado que se va modernizar el vademécum sustituyendo los medicamentos que se han quedado anticuados.

Y sobre el «euro por receta» catalán indica que ya se ha reunido con el consejero catalán para, «entre todos», adoptar unas reformas para que los ciudadanos catalanes no tengan que pagar tasas extraordinarias para costear la sanidad.

Los cambios que impulsará el Gobierno de Rajoy para ahorrar gastos consistirán, básicamente, según «El País», en negociar antes del verano un pacto de Estado para crear una cartera básica de servicios, consistente en unificar las prestaciones de la sanidad pública en las autonomías, excluyendo servicios no básicos, y racionalizar la gestión de las prestaciones; potenciar centrales de compra de fármacos para toda España con el fin de conseguir mejores precios de los laboratorios y suprimir los obsoletos; limitar el llamado «turismo sanitario» (extranjeros que viajan a España para recibir asistencia gratuita) y ordenar la profesión en materia de especialidades y sueldos del personal sanitario.

José Luis Centella, de IU, alertó de que un recorte en los servicios públicos de sanidad y educación, considerados básicos, sería «una declaración de guerra contra lo más sensible de la sociedad». IU exigirá la comparecencia de Luis de Guindos.

«Para mantener una sanidad gratuita y de calidad hay que suprimir duplicidades»

Ana Mato

Ministra de Sanidad (PP)

«No vamos a permitir el copago ni que se desmantele el Estado del bienestar»

Trinidad Jiménez

Ex ministra de Sanidad (PSOE)

«Un recorte será una declaración de guerra contra lo más sensible de la sociedad»

José Luis Centella

Diputado de IU