Madrid / Oviedo,

Agencias / M. M.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se mostró ayer partidario de inyectar dinero público en algunas entidades financieras para sanearlas, «pero sólo si fuera necesario y en última instancia». También anunció que el Consejo de Ministros del viernes aprobará un segundo decreto para sanear el sistema financiero para que «en poco tiempo» las entidades queden «perfectamente capitalizadas». Entre esas medidas se presume que puede estar incluida la creación de una sociedad o «banco malo» para aglutinar los activos inmobiliarios tóxicos de la banca y separarlos del negocio financiero.

«Mi última intención y lo último que haría sería inyectar dinero público, pero si eso fuera necesario para salvar el sistema financiero español, yo no renunciaría como han hecho otros países europeos, pero sería sólo en última instancia», respondió Rajoy en una entrevista en Onda Cero a preguntas sobre si el Gobierno pondría dinero público para salvar Bankia. Unas horas después, Rodrigo Rato, presidente de Bankia, anunciaba su dimisión. Fuentes de Moncloa confirmaron ayer que Rajoy conocía la decisión de su ex compañero en los gobiernos de José María Aznar, aunque no precisaron si lo había sabido ayer por la mañana o previamente.

El presidente del Gobierno insistió en que su «última intención» sería inyectar dinero público a la banca, pero también anunció que el Consejo de Ministros va a tomar «medidas importantes», que no ha querido detallar, con el «objetivo fundamental» de que no haya «ninguna duda» sobre la solvencia de las entidades.

La intención, según Rajoy, es que «no haya dudas», que «haya claridad» y que «los bancos puedan financiarse fuera de España». Recalcó que uno de los objetivos de la reforma financiera, de la que ahora se va a dar el segundo paso, es que se fije el «precio real» de las viviendas en los balances de los bancos, y que estos activos inmobiliarios se saquen a la venta, «aunque pierdan dinero todos, promotores y bancos». Pero Rajoy afirmó que no es «partidario del banco malo», que se encargaría de gestionar los activos inmobiliarios problemáticos de los bancos españoles afectados por el derrumbe de la burbuja inmobiliaria.

Las medidas que prepara el Gobierno sobre el sector financiero y que se aprobarán el viernes se recogerán en un real decreto que, según Rajoy, «estamos elaborando en este momento». El jefe del Ejecutivo español mostró su confianza en que tras este segundo paso en el sector los bancos y cajas españolas «estén fuertemente capitalizados», teniendo en cuenta además que el Gobierno ya adoptó unas primeras medidas con las que obligaba a los bancos a provisionar hasta 50.000 millones de euros para contar con un capital «más fuerte».

El presidente del Gobierno remarcó que las medidas que van a adoptarse no afectarán al objetivo de déficit, que se ha fijado para este año en el 5,3% del PIB, y que, según aseveró, «está encarrilado».

Rajoy incidió en que la falta de crédito es «sin duda» uno de los grandes problemas en España, sobre todo para pequeñas y medianas empresas, autónomos y familias, motivo por el que el Gobierno está adoptando medidas.

Para el presidente del Gobierno, España «no está ni lejos ni cerca» de una intervención por parte de las autoridades europeas y el Fondo Monetario Internacional (FMI), y remarcó que esto es así porque simplemente tal intervención «no podría» llevarse a cabo, por lo que es un escenario que no le genera «ni dudas ni preocupaciones». Curiosamente, hace casi dos años, Rajoy, como presidente del PP y líder de la oposición, había afirmado en un acto público celebrado en Torrijos (Toledo) que era «una triste noticia para España» que lo «más relevante» que había ocurrido durante la Presidencia española «haya sido que por primera vez la UE ha intervenido a España».