La sexta huelga general de 24 horas de la democracia y la primera contra el Gobierno de Mariano Rajoy (que mañana cumple sus primeros cien días), tuvo su mayor incidencia en la industria, el transporte y los puertos, mientras que su seguimiento fue ostensiblemente menor en la Administración, el comercio y la hostelería. El Gobierno aseguró que su impacto «ha sido muy moderado» hasta el punto de que la actividad económica se ha visto menos afectada en este paro que durante la convocatoria de 2010 contra José Luis Rodríguez Zapatero.

La jornada estuvo «marcada por las notas de normalidad y tranquilidad», dijo la directora general de Política Interior, Cristina Díaz, quien añadió que el Gobierno se felicitaba por «la manera en la que los ciudadanos han actuado, tanto en su derecho a la huelga como en el de la libre circulación y el trabajo». En cambio, los sindicatos no dudaron en calificar la convocatoria de gran éxito.

La huelga general acabó con 176 detenidos y 116 heridos (70 policías y 46 ciudadanos), cifras muy por encima de las registradas en la protesta de hace dos años, en la que hubo 76 arrestos menos. El Ejecutivo achacó la diferencia a que en esta ocasión ha habido 381 concentraciones (75 más). El número de detenidos aumentó anoche, a raíz de los graves disturbios en Barcelona.

La protesta, que tuvo un seguimiento desigual -mayor en la industria y más limitado en el comercio, los servicios y, sobre todo, en el sector público-, se cerró a última hora de la tarde con masivas manifestaciones en Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Bilbao. Cientos de miles de personas se echaron a la calle en todo el país para protestar contra la reforma laboral en el centenar de convocatorias de los sindicatos. El Ejecutivo cifró en 861.000 los asistentes a la s manifestaciones, según cálculos facilitados por el Ministerio del Interior.

Frente a la valoración del Gobierno, los sindicatos sostienen que el apoyo de los trabajadores ha sido masivo, superior incluso al registrado en 2010. UGT y CC OO sitúan la media del paro en el 77 por ciento. Aseguran que en algunos sectores, como la industria y la construcción, la huelga ha tenido un seguimiento muy alto, cercano al cien por cien, sobre todo en las principales factorías del automóvil. En concreto se vieron forzadas a parar las fábricas de Seat, Nissan, Citroën, Mercedes, Renault y Volkswagen.

Especial incidencia tuvo la huelga general en los astilleros y los principales puertos, así como en la minería leonesa. En otros sectores el porcentaje ha sido bastante inferior, en especial en la Administración. En el transporte, las centrales cifran la paralización en el 90%, mientras que la patronal habla de normalidad. La huelga general dejó sin emisión a Telemadrid y tuvo fuera de antena durante horas a Canal Sur, Canal 9 y TV3. Por comunidades, los sindicatos han logrado el mayor apoyo en el País Vasco, Galicia, Navarra, Asturias y Cataluña.

Según el Gobierno, el seguimiento ha sido del 16,71 por ciento en la Administración del Estado, del 19,42 en las autonómicas y del 15,24 en las entidades locales. Cristina Díaz destacó que los servicios mínimos se han cumplido con creces, en especial en Madrid y Barcelona, donde han alcanzado límites cercanos a los de un día laborable normal.

A las 18.00 horas, el consumo de electricidad (indicador de la actividad económica) se situaba en 24.764 megavatios, un 15,9 por ciento por debajo de los 29.441 megavatios previstos por Red Eléctrica de España.

El presidente de la CEOE, Juan Rosell, no aportó cifras de seguimiento y se limitó a decir que la huelga general se caracterizó por su «normalidad y tranquilidad».

Aunque la normalidad y el respeto a los servicios mínimos fueron la tónica dominante, proliferaron los incidentes. Los más graves se registraron en Barcelona, donde los antisistema utilizaron la manifestación para quemar un establecimiento, atacar comercios y bancos y librar batallas campales con la Policía en tres puntos de la ciudad, tras un día de cargas de los antidisturbios contra los violentos.

En Murcia, un coche patrulla de la Policía recibió el impacto de un cóctel molotov, pero no se registraron heridos. Varias oficinas de entidades bancarias amanecieron con daños en sus fachadas.

Los piquetes y la Policía protagonizaron también momentos de tensión y enfrentamientos en otros puntos en Bilbao y en mercados de abastos como Mercamadrid, Mercabarna o Mercazaragoza, así como en las puertas de las cocheras de los autobuses urbanos.

En el sector del transporte, los sindicatos cifran el seguimiento en el 95 por ciento, aunque las patronales hablan de normalidad, lo que mismo que el Gobierno.

Numerosos pasajeros se quedaron en tierra en el aeropuerto barcelonés de El Prat como consecuencia de la huelga general, que obligó a cancelar 129 vuelos. Según fuentes de Aena ya estaban programados un total de 609 vuelos, 309 de llegada y 300 de salida.

En el comercio, los sindicatos sostienen que la huelga fue secundada por el 60 por ciento de los trabajadores, porcentaje que la patronal de las grandes superficies, Anged, baja hasta el 5 por ciento, y que la Confederación Española de Comercio, que representa a los pequeños y medianos establecimientos, sitúa en el 10 por ciento.

La Confederación Española de Comercio (CEC) ha señalado que el paro provocará una restricción en las ventas de unos 150 millones en el pequeño y mediano comercio, a pesar de que el 90% del sector ha abierto.

A falta de estudios más detallados sobre el impacto de la huelga, Analistas Financieros Internacionales (AFI) calcula que el paro tendrá un coste de 0,5 puntos porcentuales del producto interior bruto (PIB), unos 5.300 millones de euros.