Oviedo, Javier CUARTAS

La fusión de Liberbank (el banco liderado por Cajastur), Ibercaja Banco y Banco Grupo Cajatres para constituir el séptimo grupo financiero español fue aprobada ayer por los consejos de administración de las tres entidades bancarias implicadas, que están participadas, a su vez, por siete cajas de ahorros.

El proyecto que ahora se pone en marcha, y que pretende estar operativo en otoño, se instrumentalizará mediante la constitución de un banco de nueva creación, que tendrá domicilio social en Madrid y sedes operativas en las regiones de origen de las cajas accionistas de los tres grupos que ahora se unen.

El nuevo grupo bancario nace con un volumen de activos de 114.000 millones (un tamaño que hace tres años, antes de las fusiones, sólo superaban los bancos Santander y BBVA y las cajas La Caixa y Caja Madrid), un volumen de negocio de 181.000 millones, 13.000 empleados, 6 millones de clientes y 2.500 oficinas presentes en todas las provincias, con la salvedad de Ceuta y Melilla. No se precisó si la integración conllevará nuevos ajustes de capacidad mediante reducciones adicionales de red y empleos.

El grupo, aseguraron sus promotores, parte de una posición de mayor fortaleza que las entidades preexistentes por la complementariedad que se da entre ellas, tanto en líneas de negocio como en estructura de balance, y por el mayor equilibrio territorial de la organización resultante.

Los tres accionistas lo que subrayaron ayer, sobre todo, fue la fortaleza en solvencia y liquidez del nuevo grupo. La nueva entidad parte con una ratio de solvencia (capital principal) del 10,5% sobre activos ponderados por riesgo, lo que le permite un «colchón» de capitalización por exceso de 1,5 puntos, dado que al grupo se le aplicará una exigencia del 8% y no del 10%, como le ocurría hasta ahora a Liberbank. Esto es así porque, a resultas de la integración, la nueva entidad parte con una exposición a los mercados mayoristas inferior al 20% de sus necesidades de financiación. La norma de febrero de 2011 permite reducir la exigencia de capital al 8% cuando no se supera ese límite de financiación mayorista, cuando se cotiza en Bolsa o cuando se posee accionistas externos con un peso no inferior al 20% del capital social.

El nuevo grupo parte, además, con unos recursos propios de 7.000 millones de euros y una cómoda posición de liquidez, con casi 14.000 millones de activos líquidos. Cuenta, además, con una capacidad de emisión de títulos de deuda por otros 15.000 millones. Con todo ello el nuevo grupo triplica los vencimientos de financiación a los que tendrá que hacer frente en los dos próximos años.

La entidad, como el conjunto del sistema financiero español, afronta un contexto de dificultad. Y el primer desafío será atender los muy exigentes y elevados requerimientos de capital y provisiones que ha impuesto el Gobierno del PP a bancos y cajas en sus dos reformas financieras de febrero y de este mismo mes. La suma de ambos decretos tendrá un impacto para la nueva organización de unos 2.500 millones de euros.

El nuevo banco trabaja en la generación de esos recursos sin desdeñar ninguna opción. Y aquí entran todas las alternativas: captar capital y accionistas, venta de activos y participaciones, reducción de riesgos, y, en su caso, solicitar préstamos públicos (en este caso sería mediante la emisión de bonos convertibles contingentes) si fuese perentorio.

El nuevo banco nace sin ayudas públicas porque carece de recursos facilitados por el fondo de reestructuración ordenada bancaria (FROB) en cualquiera de sus tres modalidades. Sí dispone de un esquema de protección de activos en el caso del Banco CCM, participado en el 75% por Liberbank; pero se trata de ayudas aportadas por el conjunto de bancos, cajas y cajas rurales (no proceden, por consiguiente, de los Presupuestos Generales del Estado) y no tienen coste para la entidad.

Los consejos de Liberbank, Ibercaja y Cajatres ratificaron también la estructura accionarial y la composición del consejo de administración del futuro banco. Éste dispondrá de 15 miembros, de los que un tercio (5) serán consejeros independientes (siguiendo así las directrices al uso de buen gobierno corporativo) y los otros dos tercios (10) representarán a los tres accionistas de acuerdo con el peso accionarial de cada uno. Ibercaja tendrá el 46,5%; Liberbank, el 45,5%, y Cajatres, el 8%.

Amado Franco, presidente de Ibercaja, será el presidente del consejo de administración de la nueva entidad, mientras que el presidente de Cajastur y presidente y consejero delegado de Liberbank y banco CCM, Manuel Menéndez, será el consejero delegado (primer ejecutivo) de la entidad resultante.

Las cajas de ahorros que están en el origen de los tres bancos que ahora se unen tendrán, según este esquema, una participación indirecta en el nuevo banco. El peso relativo de esas participaciones indirectas será del 46,5% para la aragonesa Ibercaja (dueña del 100% de Ibercaja Banco), y del 30,03% para Cajastur. El resto se reparte entre Caja Extremadura (9,1%), Caja Cantabria (6,37%), la zaragozana Caja Inmaculada (3,28%), Caja Círculo de Burgos (2,4%) y Caja Badajoz (2,32%).

Como ocurre con Liberbank en la actualidad, el grupo tendrá domicilio social en Madrid, pero sedes operativas en las regiones de las entidades de origen, que «mantendrán el grueso de sus plantillas».

Con esta estructura, afirmaron los tres socios, el efecto fiscal de la operación será neutral y no alterará la recaudación tributaria de las seis comunidades autónomas de origen de las cajas de ahorros y bancos que dan sustento a los tres grupos que ahora se fusionan.