Oviedo / Madrid,

Agencias / L. G.

El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), ligado al Ministerio de Economía y responsable de la reordenación del sector financiero, dio en la noche de anteayer un paso inédito: enviar una nota informativa al mercado de valores con el propósito de desactivar la «burbuja» especulativa que en los días previos se había formado en la cotización bursátil de Bankia. Para evitar que un final abrupto de ese episodio atrapase a pequeños ahorradores, el FROB pinchó la burbuja advirtiendo de que los accionistas del banco nacionalizado tendrán que correr con parte del coste del saneamiento de la entidad, que recibirá en las próximas semanas el rescate financiero de Europa. La maniobra surtió efecto: los títulos de Bankia se desplomaron ayer casi el 20%, tras haberse disparado cerca del 60% en sólo tres sesiones y de haber triplicado su valor virtual en menos de un mes.

Los movimientos en torno a los títulos de Bankia habían llamado la atención de inversores, autoridades y analistas. Nadie encontraba lógica la escalada alcista de una entidad quebrada y que recibirá más de 20.000 millones de dinero público. Una de las primeras hipótesis que circuló asociaba el interés de los compradores a la expectativa de que la llegada de fondos europeos para el rescate de Bankia estaba muy cercana. Pero la explicación cuadraba mal: el efecto que una información así pudiera suscitar estaría ya descontado por el mercado. Se sabe ya desde hace semanas que el banco resultante de la fusión de Caja Madrid, Bancaja y otras cajas menores es el destinatario principal del auxilio financiero solicitado por el Gobierno español.

Tampoco se explicaba la evolución de Bankia por la reciente decisión del regulador bursátil (la CNMV) de prohibir las posiciones bajistas (apuestas a corto plazo) para contener los daños de la tormenta financiera que arreció sobre España e Italia durante el pasado julio. El comportamiento de Bankia, y también el de las acciones del Banco de Valencia, que siguieron una senda semejante, sólo se explica, según otras lecturas de expertos, por la especulación pura y dura: movimientos de inversores de alto riesgo que calentaron el valor mediante compras masivas con el propósito de disparar la cotización y vender con grandes plusvalías antes de que la «burbuja» se desinflara.

La posibilidad de que en esa maniobra resultaran damnificados pequeños inversores atraídos por el «rally» de Bankia llevó al FROB, y con ello al Ministerio de Economía, a intervenir. Lo hizo mediante una comunicación remitida a la CNMV a las 21 horas del jueves. En ella se advierte de que, conforme a las condiciones del rescate financiero negociado por el Gobierno español, los accionistas «deberán participar en la cobertura del coste de los procesos de saneamiento de las entidades». Esto es, que el rescate pasará factura a los propietarios de títulos.

La reacción en el mercado fue fulgurante: ayer se dispararon las ventas y la cotización de Bankia cayó el 19,83%, hasta quedar en 1,213 euros por título. Sigue siendo más del doble de lo que se pagaba el 20 de julio, aunque apenas un tercio de lo que abonaron los ahorradores en la salida a Bolsa del banco, hace ahora un año: 3,75 euros por cada acción.