Oviedo, L. GANCEDO

Las organizaciones patronales de la hostelería asturiana han planteado rebajas de salarios y otros recortes en los primeros contactos que han mantenido con los sindicatos para negociar el nuevo convenio colectivo. El sector, con unos 18.000 trabajadores, engrosa así la lista de actividades y empresas donde, al hilo de la crisis y de la última reforma laboral, se preparan ajustes en las condiciones de trabajo.

Las conversaciones sobre el convenio de la hostelería han encallado desde el principio. La representación empresarial ha transmitido a los sindicatos, según denuncian UGT y CC OO, que no existe acuerdo entre las tres patronales asturianas (Asociación de Hostelería del Principado de Asturias, Asociación Empresarial de Hostelería de Gijón y Unión Hotelera de Asturias) sobre sus pretensiones. Pero sí hay, matizaron los dirigentes sindicales consultados, un acuerdo de base: las tres asociaciones abogan por rebajar salarios y por «tocar» otros beneficios, como la prestación que preserva los ingresos del trabajador desde el primer día en caso de baja por enfermedad.

Las fuentes consultadas en la patronal evitaron comentar los pormenores de la negociación. En ausencia de esa explicación, las responsables de UGT y CC OO en el sector hostelero, Marta González y Geli García, expusieron que la intención de aplicar recortes llega al 30% del salario en el caso de una de las asociaciones empresariales y que se ha sugerido también una simplificación de las categorías profesionales que a la postre conduce también a rebajas de retribuciones.

Los sindicatos quieren el mantenimiento de los derechos adquiridos y una revisión de salarios que garantice el poder adquisitivo. Esto es, una subida acompasada con la inflación. «No vamos a consentir pérdida de derechos, ni mucho menos bajadas de sueldos», advirtieron los dirigentes de UGT y CC OO en un comunicado. Los sindicatos piden asimismo que las patronales «se sienten a negociar seriamente». Sostienen que, de hecho, las conversaciones no han entrado en materia debido al desacuerdo alegado por las asociaciones empresariales sobre el tamaño del recorte que quieren aplicar al convenio colectivo.

Los representantes de los trabajadores sospechan que las patronales están practicando una estrategia dilatoria para acogerse a uno de los cambios más controvertidos de la reforma laboral: la limitación de principio de «ultractividad», criterio que hasta ahora garantizaba que las condiciones de un convenio colectivo seguían vigentes aunque se dilatase la negociación del nuevo. El Gobierno de Mariano Rajoy planteó en su reforma que la «ultractividad» tuviera como límite dos años, luego reducidos a uno en la tramitación parlamentaria, al aceptar el PP una enmienda de Foro Asturias. La regla vigente ha quedado así: al cabo de un año sin acuerdo para renovar un convenio, las condiciones laborales (salario, jornada...) del anterior pueden decaer y quedar las plantillas sujetas a lo que determine un convenio de ámbito superior o, en su caso, el Estatuto de los Trabajadores. Los sindicatos de la hostelería temen que las patronales quieran «marear la perdiz» hasta agotar o acercarse al final del período de ultractividad.

El anterior convenio colectivo finalizó su vigencia el 31 de diciembre de 2011. Se había firmado tras un acuerdo que evitó in extremis una huelga del sector que ya estaba formalmente convocada en fechas cercanas a las Navidades de 2008. En 2011, los trabajadores de la hostelería asturiana tuvieron una subida salarial del 3,8%.

UGT y CC OO insinuaron ayer que están de nuevo dispuestos a tomar el camino de las movilizaciones. «No descartamos que pueda volver a suceder (la convocatoria de una huelga) de transcurrir la negociación del convenio por los derroteros que está tomando la patronal», señalaron los sindicalistas.