Bruselas / Oviedo, Agencias / M. M.

La canciller alemana, Angela Merkel, ha ganado de nuevo. Y los perdedores han sido el presidente francés, François Hollande, y el español, Mariano Rajoy. Ambos advirtieron por activa y por pasiva que acudían a la cumbre europea a exigir que se cumplieran los compromisos adquiridos en junio y se pusiera en marcha la unión bancaria, esencial para una de las principales aspiraciones españolas: que la recapitalización de la banca sea directa desde la UE, sin que el dinero recibido compute como deuda pública del país y agrave su delicada situación ante los mercados financieros.

Francia y España salieron de Bruselas hablando de satisfacción porque «se está avanzando en la unión bancaria y fiscal, dos ideas que hace seis meses no existían», afirmó Rajoy; pero lo peor para España lo resumió Merkel en una frase: «No va a haber ninguna recapitalización directa retroactiva». La pronunciaba mientras Rajoy, en una sala contigua, se mostraba satisfecho del resultado de la cumbre europea. Las palabras de Merkel suponen que los 40.000 millones de rescate que el Gobierno calcula que necesita el sistema financiero español -la línea de crédito es hasta 100.000- computarán como deuda pública y que serán los contribuyentes quienes corran con los costes si la banca no devuelve las ayudas. Rajoy, que en otros momentos había subrayado la trascendencia de la recapitalización directa, quitó hierro ayer al asunto al afirmar que el incremento de la deuda para España -sin contar que el «banco malo» tenga pérdidas que también habría que asumir- «tampoco es la preocupación más importante». Rajoy expuso que el impacto del rescate bancario en el endeudamiento supondría un 4% del PIB. La deuda pública española se situará, así, en torno al 95% del PIB.

Merkel afirmó tajante que la inyección directa de capital europeo a los bancos «sólo será posible en el futuro». Es decir, una vez que los ministros de Finanzas de la eurozona hayan establecido los criterios operativos exactos para que la pueda efectuar el fondo de rescate -el llamado mecanismo europeo de estabilidad (MEDE)- y se haya creado un supervisor bancario único «efectivo». Todo eso no se producirá hasta 2014.

«La banca española acaba de ser sometida a una evaluación internacional. Tiene unas necesidades de capital que se han determinado ahora y un programa a través del cual será recapitalizada. Hasta ahí todo está decidido, y ahora España sólo tiene que pedir los tramos correspondientes», explicó Merkel. A su juicio, «cuando la supervisión bancaria esté instalada, ya no tendremos problema con la banca española».

Desde enero de 2013, cuando debe estar la base legal para el supervisor, hasta junio, cuanto acabe el programa de recapitalización a la banca española, hay un plazo que permite a algunos líderes mantener la esperanza de que la recapitalización directa alcance a España. Así, el primer ministro italiano, Mario Monti, se mostró confiado en que «en cierto momento de 2013» el supervisor bancario alcance una operatividad «efectiva». El presidente francés, François Hollande, argumentó en la misma línea, porque ve la posibilidad de que haya recapitalización directa «a lo largo de 2013». Rajoy también se refirió a la solicitud de rescate de España e indicó que aún no lo ha decidido. Y añadió: «Ni he tenido ni aceptaré presiones». La prima de riesgo subió ayer siete puntos, hasta 378, mientras que la Bolsa cayó el 2,3%, arrastrada por la gran banca.