Avilés,

Marián MARTÍNEZ

«Queremos ser los "Zara" de la bicicleta: calidad e imagen en una marca de referencia a precio contenido». Así define Daniel Alonso Villarón el futuro de su fabrica de bicicletas en Avilés, que se comercializan con la marca MMR (Machines Made for Racing) en España y Portugal y que en 2013 quiere ampliar sus fronteras a Brasil, Colombia y México. La innovación, el diseño, la atención a los detalles y el control de los precios son la clave del éxito de esta novedosa compañía.

La aventura arrancó en el año 2008, ya en los inicios de la crisis económica que se convirtió en dura recesión. Empezó en una nave de 400 metros cuadrados en el Parque Empresarial Principado de Asturias (PEPA). La empresa ocupa ahora una instalación de 4.000 metros en la margen izquierda de la ría avilesina -por detrás de Tadarsa-, prevé facturar unos 10 millones de euros este año y seguir ampliando su actual plantilla, que arrancó con cuatro trabajadores y que ya se ha ampliado hasta la veintena.

La vida de Daniel Alonso Villarón está irremediablemente ligada al deporte. Piloto de rallíes en la década de los años noventa, en la que cosechó importantes títulos, al finalizar su etapa profesional sustituyó las cuatro ruedas por dos y se dedicó a su otra pasión, la bicicleta, y en concreto en la especialidad de BTT, en la que también ha conseguido importantes triunfos.

Y fue de la mano de las bicicletas que decidió iniciar su andadura empresarial en solitario y probar suerte al margen del grupo Daniel Alonso, fundado por su padre y del que habla incluso con devoción.

La aventura arrancó cuando Manuel Menéndez le ofreció a Daniel Alonso Villarón su marca MMR, que había creado dos décadas antes y que con la crisis atravesaba dificultades. Tras unas intensas negociaciones, hubo acuerdo y el empresario avilesino constituyó la empresa Sport Lifestyle, la firma de diseño y fabricación de las nuevas bicicletas MMR, a las que su fundador sigue ligado como director comercial de la compañía.

«Al año se venden un millón de bicicletas en España. De la marca MMR se vendieron este ejercicio 8.000. El reto es que en 2013 sean 14.000 y en 2014 lleguemos a las 25.000», asegura con entusiasmo Daniel Alonso mientras enseña la nueva fábrica, diseñada por él mismo y en la que ha invertido 3,5 millones de euros. «Falta aún la línea de montaje, que va a ser similar a las que se utilizan en las fábricas de coches», explica.

Alonso Villarón, también dueño del Club Espartal en Salinas y socio de Nortevalle, se autodefine como «un empresario de crisis. En ella he encontrado buenas oportunidades que ahora tengo que impulsar y hacer crecer. No hay que tener miedo, hay que trabajar y correr riesgos, sí, pero controlado», asegura. «Es verdad que también hace falta tener suerte», añade. «A este sector, de momento, no le afecta la crisis. Hay muchas personas que se han quedado sin empleo y se han decidido a comprar una bici y hacer deporte. No sé qué pasará si esta recesión se hace más profunda y la gente no tiene ingresos. Pero confiemos en que pronto salgamos adelante».

La compañía ya está volcada en los diseños de las bicicletas para el año 2014. Y en una bicicleta eléctrica MMR desarrollada en la planta de Avilés. «Consistirá en un kit. Se quita una rueda y se pone otra que lo tiene instalado y permite que cualquier bicicleta de nuestra marca tenga la asistencia eléctrica», explica Alejandro Gutiérrez, uno de los encargados del área de ingeniería y que se sienta, codo con codo, con el ex ciclista profesional Chechu Rubiera. También se prepara un banco de pruebas, donde testar todos los modelos que se desarrollan por ordenador.

José Rodríguez es el responsable de las redes sociales y de la página web de la compañía, fundamental en un mundo global. Javier González se dedica al diseño, la imagen corporativa y la cosmética de las bicicletas, desde su pintura hasta las pegatinas y los mínimos adornos. «Buscamos detalles que distingan, que hagan que cualquiera que vea la bicicleta sepa que es una MMR», afirma. «Y que se fabrica en Avilés», apostilla Daniel Alonso.

Y es que el empresario asegura que «la marca Asturias vende. No sé por qué, pero hay calor por el producto de aquí y los asturianos estamos bien vistos fuera. Tenemos fama de serios y una buena imagen. Y eso ayuda mucho a la hora de salir a vender».

Daniel Alonso Villarón lamenta que «en España no hay fábricas de componentes, todo lo tenemos que encargar fuera, en distintos países. En lugar de cuidar la industria nos hemos dedicado a levantar pisos, a lo fácil. Ahora tendremos que buscar nuevos nichos de mercado y habrá que apoyar a las pequeñas y medianas empresas y a los emprendedores para recuperar esto. Yo pienso en hacer aún más cosas. Pero más adelante, cuando esta enorme inversión me dé respiro», asegura riendo.