Gijón, J. M. CEINOS

«El problema fundamental de la economía española no está en el endeudamiento, está en la actividad económica con valor añadido. Si todo el problema de la deuda y del crédito estuviera solucionado, el problema sería quién invertirá en actividades productivas con el dinero disponible», opinó ayer el alemán Holm-Detlev Köhler, profesor de Sociología de la Universidad de Oviedo y también economista, quien pronunció una conferencia titulada «¿Por qué España no sale de ésta» en el Ateneo Jovellanos de Gijón.

Antes de su disertación, el profesor Köhler argumentó que en España «faltan inversiones productivas que generen valor y empleo», una situación derivada de «vivir quince años en una burbuja de dinero fácil, pero en lugar de invertir ese dinero en el futuro de una economía competitiva se malgastó».

Tras subrayar que no es optimista sobre el futuro de la situación económica nacional, Köhler señaló que «España ha perdido sus ventajas competitivas tradicionales», puesto que «cuando se incorporó a la Unión Europea era como una puerta de entrada relativamente barata para los inversores del exterior, pero ahora esos inversores tienen mejores condiciones, por ejemplo, en los países del centro de Europa, que están mejor localizados y disponen de una mano de obra más barata y mejor cualificada».

Respecto a la corrupción política que vive España y su posible incidencia en la llegada de inversores extranjeros, el sociólogo y economista aprecia que «a un inversor exterior no le importa pagar algo de mordida si quiere así asegurar su propio interés. La corrupción, lamentablemente, no es un criterio negativo para la inversión, aunque para otras cosas sí lo es».

En este sentido, Holm-Detlev Köhler, desde el punto de vista sociológico, no ve relación entre lo que está ocurriendo en España y lo sucedido al final de la República de Weimar en la Alemania de principios de los años treinta del siglo pasado: «Weimar acabó en un desastre, pero actualmente no existen movimientos políticos y sociales como era el nazismo, por ejemplo. Quizá en Grecia se puede encontrar algo parecido, aunque Grecia es un país mucho más pequeño y en una situación mucho más dramática. Pero en España la población está sorprendentemente tranquila y aguantando a una clase política y financiera que les roba constantemente».

El profesor explica la «tranquilidad» de los españoles por el hecho, en su opinión, de que «se ha perdido la fe en que moviéndote puedes cambiar algo; veo un sentido de la resignación bastante generalizado». Pone como ejemplo el movimiento del 15-M, que, afirma, «no ha conseguido prácticamente nada y fue una movilización muy amplia, pero la clase política sigue igual, lo mismo que la corrupción».

En este estado de cosas, el sociólogo Holm-Detlev Köhler considera que «el peligro no vendrá de fuerzas extremistas o populistas, más bien del desencanto tremendo hasta con la democracia, que es lo que me preocupa».