Secretario del Consejo Asesor de la Presidencia del Principado para Asuntos Económicos

El economista Ramiro Lomba (Tuña, 1962) es uno de los doce intelectuales y profesionales del mundo de la empresa que integran el Consejo Asesor de la Presidencia del Principado para Asuntos Económicos, comité de expertos al que ha apelado Javier Fernández para evaluar algunos de los grandes retos de Asturias y perfilar posibles recetas. Lomba tiene la condición de secretario de ese cónclave, que a primeros de abril presentará su primer documento. En esta entrevista, el también director de la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (SADEI) adelanta algunos rasgos de ese primer trabajo, dedicado a la competitividad, el crecimiento y el empleo.

-El discurso oficial sostiene que España está sacando la cabeza de la crisis y que se vislumbra la recuperación a finales de año. ¿Su diagnóstico sobre Asturias?

-Es muy difícil desligar el comportamiento de la economía asturiana del resto, sobre todo de la española, porque nuestras empresas hacen una parte muy importante de sus transacciones en el resto del país. No somos sabios, ni tenemos varitas mágicas, así que no le puedo decir qué va a pasar con la economía española. Sí se puede afirmar que si España repunta, Asturias lo hará también, y que va a ser muy difícil que lo hagamos si no lo hace España. ¿Una fecha? Ojalá sea a finales de año. Hay cosas que van bien, sectores o empresas que están trabajando de manera razonable y demandas que se están reactivando, pero es muy pronto para afirmar en qué momento vamos a salir.

-¿Qué cosas van bien?

-Estos días se han conocido los datos de exportaciones (las asturianas aumentaron el 4,3%). Las empresas que han apostado por el mercado exterior están trabajando bastante bien. Hay otras notas positivas: Asturias ha cumplido bien con la reducción del déficit y nuestra deuda privada es de las que menos pesan sobre el PIB.

-El balance exterior indica que la industria está aprobando un exigente test de competitividad, pero el negocio exportador es aún pequeño (17% del PIB)...

-La exportación es un componente esencial, pero siempre insisto en que el mercado fundamental para las empresas asturianas es el resto de España, con el que la interrelación es muy grande.

-Lo ha advertido el presidente del consejo, el catedrático Juan Vázquez: volamos con un solo motor (la demanda exterior) y eso conlleva riesgos...

-Es muy importante que el consumo vuelva a tener una aportación positiva. Hay una caída intensa por unas expectativas individuales negativas: la gente ha perdido el trabajo o teme perderlo, y hay mil circunstancias más que retraen el consumo. Sin su recuperación, y por tanto la de la demanda interna, es muy difícil generar la confianza necesaria para volver al crecimiento.

-¿Cómo recuperar la demanda interna y la confianza con la devaluación de los salarios, el alto paro y los recortes públicos?

-Que vuelva la confianza es necesario, luego veremos si es suficiente. Sin confianza difícilmente vamos a ser capaces de recuperar la capacidad de gasto. No tengo una receta, pero es uno de los temas sobre los que estamos debatiendo en el consejo: cómo ser capaces de cambiar de alguna manera el signo de pesimismo que nos apodera.

-¿Por dónde van los tiros del documento que presentarán en abril al presidente asturiano?

-Asturias es una región con base industrial y en la nueva estrategia de la UE de cara a 2020 se está hablando de reindustrializar Europa. Estamos trabajando en esa vía, en ver cómo Asturias se puede enganchar a ese proceso, partiendo de que ya somos una región industrial, con una aportación en términos de PIB y de empleo superior a la media española. Hay que intentar aprovechar esa circunstancia. Y a la vez trataremos, sabiendo que no es sencillo, de apuntar algunas estrategias que faciliten retomar la senda del dinamismo y la creación de empleo.

-¿Cómo?

-La empresa, o mejor la pyme, debe ser protagonista. Tenemos que consolidar y tratar de mantener todas las grandes industrias que tenemos en la región, pero va a ser muy difícil captar grandes inversiones. El tema clave y estratégico es el empleo. Nadie tiene la varita mágica, pero es relevante pensar dónde puede haber lo que antes se llamaban yacimientos de empleo. Pensar en captar grandes empresas que lo hagan no sería realista. No va a venir una fábrica de coches a crear diez mil puestos de trabajo. Sin embargo, hay 35.000 empresas con asalariados en Asturias. Si cada una de ellas lograse crear dos empleos serían 70.000 y prácticamente desaparecería el paro. Esto no va a ocurrir así porque lo digamos nosotros, pero habrá que ver el modo de facilitar que muchos pequeños puedan hacer mucho para el conjunto.

-Esta vez apenas habrá ayudas, las de Europa se agotan...

-Vamos a tener que crecer sin ayudas públicas. Ya se ha visto cómo resulta cuestionable que crecer a base de grandes inversiones públicas e infraestructuras sea sostenible a medio plazo. Además no va a haber dinero. Habrá que buscar estrategias de crecimiento sin grandes apuestas de dinero público, con otros aspectos, como la innovación, el conocimiento, la especialización, la concentración de los recursos...

-El paradigma hasta ahora era que Occidente diseñara y China fabricara. ¿Europa rectifica?

-Está en el planteamiento del nuevo marco financiero de la UE. Si se llevara la misma apuesta que hasta ahora convertiríamos a China e India en la gran fábrica del mundo y nosotros tendríamos que dedicarnos al diseño, la dirección, el ocio... Y difícilmente podríamos competir en proyectos industriales. Pero en la UE hay países que tienen un peso industrial muy fuerte y que quieren replantearse este modelo. Se está pensando en que el 20% del PIB lo aporte la industria en el horizonte de 2020. Eso significa que los recursos, que hasta ahora se dedicaban básicamente a infraestructuras y que además van a ser más escasos, se focalizarán hacia proyectos industriales.

-¿Tiene Asturias alguna ventaja ante ese nuevo contexto?

-Un saber hacer y una base industrial mayor que muchas otras comunidades. Si somos capaces de engancharnos a ese escenario quizá podamos conectarnos a la recuperación a la vez que el país. No como hasta ahora, porque en los ciclos económicos nuestras crisis históricamente empiezan más tarde que las españolas, pero también las recuperaciones son más tardías.

-¿Cómo encarar el déficit de emprendedores?

-Vamos a hacer algunos apuntes sobre el sistema educativo, sobre la FP y acerca de la importancia de la educación en los niveles básicos, tratando desde los niveles inferiores de que se visualicen las virtudes de ser emprendedor en la vida.

-Venimos de unos años en los que ha arraigado la cultura de la subvención y de la prejubilación. ¿Es un problema?

-Asturias ha cambiado mucho desde las crisis de los ochenta y los noventa. Ya no tenemos ni grandes empresas públicas que condicionen el funcionamiento del mercado ni grandes sectores donde la presencia pública sea determinante. El peso del sector público de la región es comparable e incluso inferior al del resto del país. Y el nivel de subvenciones puede ser homologable a otros muchos. Es evidente también que tenemos un porcentaje de prejubilados mayor que otras regiones, como consecuencia de la especialización sectorial que tuvimos en el pasado. Ahora bien, esta realidad de hoy no tiene por qué ser una constante en el futuro.

-Asturias ha tenido el foco puesto en las comunicaciones. ¿Está resuelto el déficit?

-Está razonablemente enfocado. Hay que acabar la Autovía del Cantábrico. Con eso, la red básica de carreteras está cubierta. El tema portuario también lo está con la ampliación de El Musel. Hace falta gestionar el proyecto de la Zalia (zona logística e industrial en el área central) y sus conexiones. En cuanto al ferrocarril, cabe esperar que al menos el AVE llegue a Pola de Lena. Luego ya veremos qué pasa. Una vez resueltos esos marcos básicos, la estrategia central debe poner el foco en la industria y no tanto en las infraestructuras.