El Banco de España insta a que se aproveche la reforma laboral para moderar más los salarios, con el fin de que esta práctica pueda contribuir a frenar la destrucción de puestos de trabajo y que considera «crucial» para salir de la crisis. El organismo supervisor prevé que la economía caiga este año un 1,5% y que el paro llegue al 27,1%, en un contexto de marcada debilidad en el que empresas y familias seguirán reduciendo deuda, los ingresos de los hogares continuarán a la baja y las administraciones mantendrán la austeridad en el gasto. Estas previsiones están muy alejadas y empeoran considerablemente las presentadas por el Gobierno de Mariano Rajoy, pero están más en línea con las de la Bruselas y la OCDE.

En su último boletín económico, la entidad afirma que «un mejor aprovechamiento de las posibilidades que ofrece la nueva legislación laboral para adaptar los salarios al tono de extrema debilidad del mercado de trabajo podría tener un importante efecto moderador adicional de la senda de destrucción de empleo».

El Banco de España considera que la destrucción de empleo «se moderaría sustancialmente y, de hecho, en el curso del año se iniciaría la creación neta de puestos de trabajo» en los últimos trimestres de 2014. Pero aun así, el paro no bajaría del 26%, y eso pese a descender la población activa (en edad y condiciones de trabajar).

Estas previsiones, advierte la entidad, se realizan con el supuesto de que la reforma laboral «siga ejerciendo un efecto moderador sobre los salarios» en lugar de aumentar los despidos. Según el Banco de España, la moderación de los costes salariales privados constituye un ingrediente crucial para la salida de la crisis, porque es necesaria para el avance del ajuste exterior de la economía. En las administraciones públicas los salarios repuntarán un 4,3% este año por la reposición de la paga extra de diciembre, mientras que en 2014 subirán un 1,1%.

La entidad opina además que la «adopción de medidas adicionales en este terreno o actuaciones más decididas» en el ámbito de las reformas estructurales permitirían crear unas condiciones «más favorables» para el crecimiento económico, lo que facilitaría una reducción «más rápida» del desempleo.

El Banco de España espera un repunte gradual de la actividad económica hacia el final de 2013 que antecederá a la recuperación en 2014, año para el que prevé tasas positivas todos los trimestres y un crecimiento anual del 0,6%.

Para 2014 espera ya la creación neta de puestos de trabajo en el sector privado, lo que corregirá «ligeramente» el nivel de desempleo al 26,8%, en tanto que el sector público continuará el ajuste a la baja.

El déficit público se situará ambos años en el entorno del 6% del PIB, lo que revela que «la magnitud del ajuste fiscal pendiente es todavía significativa», a pesar del «intenso» esfuerzo ya realizado.

El proceso de consolidación fiscal y unas condiciones financieras «relativamente estrictas» son las principales causas que llevan al organismo supervisor a pronosticar una caída de la demanda interna en 2013 del 4,3% (mayor que la de 2012).

El consumo de los hogares acelerará su caída hasta el 3%, puesto que las rentas laborales seguirán cayendo. La inversión empresarial retrocederá una tasa media de alrededor del 5%, si bien en la segunda mitad del año la caída se podría moderar por el dinamismo de la actividad exportadora. Las administraciones públicas también contendrán el gasto, lo que se traducirá en una caída del 4,4% del consumo público (mayor que en 2012).

El sector exterior irá mostrando mejor tono conforme avance el año y se vayan recuperando los flujos comerciales mundiales, con una previsión de que las exportaciones crezcan un 3,8% y las importaciones caigan un 4,9%.

El Banco de España pronostica para 2014 una mejora progresiva de los componentes de la demanda privada, y a finales de año las rentas de las familias dejarán de caer y el consumo de los hogares volverá a tasas positivas, «aunque modestas».