Las nuevas dimensiones del desempleo en España y en Asturias son las siguientes: más de 6,2 millones de ciudadanos sin trabajo, 122.700 de ellos asturianos, máximos históricos en ambos casos; 1,9 millones de hogares con todos miembros parados, 44.500 de ellos asturianos; dos millones de personas que llevan más de dos años buscando empleo sin encontrarlo, 42.500 de ellas asturianas, y una juventud cuya tasa de paro supera el 52% en el país y que ronda el 64% en Asturias. Son números «dramáticos», señalaron ayer cuantos opinaron desde los ámbitos político, sindical o empresarial sobre los resultados de la Encuesta de Población Activa (EPA), conocidos a las puertas de que el Consejo de Ministros apruebe hoy, por indicación de Europa y de su liderazgo alemán, nuevos recortes y reformas.

El impacto de tales políticas de austeridad sobre el empleo y la actividad productiva y los que también ha podido tener la última reforma laboral estuvieron ayer en el centro de los reproches que la oposición y los sindicatos arrojaron sobre el Gobierno de Mariano Rajoy, que volvió a invocar la herencia recibida del anterior Ejecutivo socialista. Esta entrega de la EPA aporta información sobre lo ocurrido con el trabajo en España en el primer año completo del PP en la Moncloa. Desde comienzos de 2012, la cola del paro ha aumentado en 563.200 personas y se han destruido casi 800.000 puestos, 260.000 de ellos directamente en el sector público, fruto de los recortes en la Administración. El Ejecutivo central quiere ver la botella medio llena: los ritmos de caída del empleo y aumento del paro, «se atemperan», dijo el secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre.

El mapa del desempleo retrata una España con una tasa de paro del 27,16% y dividida en cuatro grandes regiones: la parte del país donde se supera el 30%, concentrada en el sur (Andalucía, Extremadura, Murcia y Castilla-La Mancha, además de Canarias); aquella otra donde la referida tasa está por encima del 25% (Cataluña, Comunidad Valenciana, Baleares y Asturias, con un 25,32%); la que no llega hasta ahí, pero rebasa el 20% (Galicia, Castilla y León, Madrid, Cantabria y Aragón) y el conjunto formado por el País Vasco, Navarra y La Rioja, territorio muy abierto a los mercados exteriores y de alto perfil industrial e innovador, donde el desempleo es más moderado.

La velocidad de crecimiento del paro es en Asturias singularmente alta. De un trimestre para otro, el desempleo aumentó el 7,48%, casi el doble de la media nacional, y en el último año el avance ha sido explosivo (26,9%), el mayor de España. ¿Por qué ese comportamiento? Las estimaciones de variopintos observatorios indican que la caída de la economía está siendo más profunda en Asturias que en el resto de España, aunque la EPA no refleja que la destrucción del empleo -15.800 ocupados menos en un año (-4,17%)- sea más intensa que la registrada por el país (-4,58%). El aumento del paro, a razón de más de 90 personas cada día desde enero, no se explica sólo por la pérdida de trabajo, sino porque hay más personas incorporándose al circuito laboral -aumenta la llamada población activa-, presumiblemente porque el deterioro de la renta familiar empuja a la búsqueda de empleo a asturianos que antes estaban fuera del mercado. Así ha ocurrido con miles de amas de casa. Su huella aparece en la EPA: en el último año, la población activa ha crecido en 10.000 mujeres, 1.600 de ellas con edades superiores a los 55 años.

El rastro más directo de las políticas de austeridad aparece en otro renglón de la encuesta: desde principios de 2012, el sector público asturiano -Administraciones central, autonómica y local- ha reducido su plantilla en 8.500 personas, casi la mitad de ellas en los últimos tres meses. Nunca antes en esta crisis el empleo público, que aún ocupa a más de 70.000 asturianos, se había resentido con tanta claridad.

Al mismo tiempo, el ajuste continua en la economía privada, aunque con algunas mutaciones. La EPA parece indicar que la hemorragia en la construcción se ha detenido. El campo recuperó unos 1.500 empleos y la industria también da señales aparentes de consistencia, manteniéndose por encima de los 53.000 ocupados y sin apenas variaciones en el último año. Su porvenir inmediato dependerá en buena medida de la evolución de las exportaciones, con indicios de fatiga en los primeros meses de 2013. La sangría está concentrada en los servicios, que pierden 16.400 puestos de trabajo.

El Gobierno asturiano apuntó hacia Madrid: «Hace falta una nueva política económica, poner fin a la abrasiva austeridad», dijo el consejero de la Presidencia, Guillermo Martínez, y afirmó que el Principado ya está desplegando medidas de apoyo a la creación de empleo. Ayer se anunció en el Parlamento la contratación de 49 «orientadores» que asesorarán a los jóvenes en la búsqueda de trabajo. A las puerta del Primero de Mayo, los líderes sindicales de la región avisaron: «Si esto no cambia, habrá una gran movilización en Asturias antes del verano».