Oviedo, José Luis SALINAS

Michel Charro, emprendedor de origen asturiano -nació en Francia, pero su familia es de Luarca-, estuvo más de tres años dándole vueltas a una idea que perseguía facilitar la comunicación entre los usuarios y las marcas a través de internet. Hace sólo una semana su idea, que en 2011 ya había tomado forma de empresa (llamada Qubemove) en un local de Gijón, comenzó a comercializarse: se trata de una nueva plataforma de comunicación «beQbe» (beqbe.com) donde los usuarios pueden crear y guardar sus gustos o intereses en lo que los rectores de la empresa denominan cubos (qubes). En ellos, según relata Charro, la información está viva, ya que los contenidos de los productos, las novedades o las ofertas se van actualizando en función de los gustos y las necesidades de cada uno de los clientes.

El fundador de la compañía, que trabajó durante más de 20 años para una gran consultora internacional, explica con un ejemplo el funcionamiento del servicio que ofrecen a través de internet: «Imagínese que en internet ve unos zapatos que le gustan, pues ese producto puede guardarlo en un "qubes" (una especie de cápsulas o contenedores de información) y recibir sin más gestiones todas las novedades que se produzcan sobre él, ofertas, descuentos o cambios. Pero además lo puede compartir con sus contactos, y si el propio contenido cambia, se actualiza en su librería».

Sus creadores definen a esta plataforma de comunicación «beQbe» como una mezcla entre Tumblr (dedicada a la creación de microblogs), Pinterest (que permite compartir imágenes) y Facebook (la red social más popular del mundo).

Lo novedoso de su lanzamiento le valió para alzarse con el premio de Emprendedor XXI en Asturias, un galardón impulsado por la Caixa y co-otorgado por el Ministerio de Industria. El premio viene a reconocer a las compañías que están naciendo y que tienen un mayor potencial de crecimiento. Charro pasa la mayor parte del tiempo entre Madrid y Barcelona buscando contactos y nuevas posibilidades de crecer para la compañía. Esta misma semana el emprendedor participó en una reunión de blogueros, una comunidad a la que, según señala, les puede venir muy bien la red social que se acaba de lanzar desde Asturias.

Esta nueva plataforma de comunicación comenzó a tomar forma en el año 2011, en la ciudad de Gijón y de la mano de cuatro fundadores. De ellos, Maximino Allende y Michel Charro continúan en el proyecto y han ido sumando poco a poco nuevos socios, como Víctor Espinosa.

Luz Martín, una prestigiosa social media asturiana con más de 60.000 contactos en la red, es también otra de sus más estrechos colaboradores.

El sistema se basa en poder archivar toda la información de la red que le gusta al usuario y, cuando el creador de esa información la actualiza, ese usuario es de los primeros en enterarse. Además, se puede recibir información sobre los productos que tengan guardados (descuentos, ofertas...) siempre que se desee. Esos cubos de información pueden compartirse con otros usuarios o almacenarse en librerías, entre otras funciones. En el futuro las funcionalidades serán mayores puesto que el producto ha salido al mercado con un 10% del alcance previsto.

Según explican, la suscripción de los usuarios a uno u otro «qube» permite a las marcas conocer los gustos de los usuarios. Así, señala Charro, las acciones comerciales serán mucho más precisas y estarán directamente relacionadas con estos gustos. «El beneficio es doble, para la marca porque dirige su acción comercial de una forma más certera a un perfil específico, con lo que no pierde esfuerzos en personas que no estén interesadas en el productos, y por parte de los usuarios, que reciben la información de aquello que les interesa, sin ser bombardeados por cosas a las que son ajenon o, sencillamente, no necesitan», apunta. Charro resalta la facilidad para que un usuario con pocos conocimientos informáticos pueda crear uno de estos cubos. Los responsables de la compañía están también muy interesados en la privacidad de los usuarios. Son estos quienes pueden delimitar el nivel de privacidad y quienes pueden acceder a sus «qubes».

La plataforma acaba de ver la luz pero, según asegura Charro, «hay muchos inversores nacionales e internacionales, con un ojo puesto sobre ella». Añade que fuera de España, en países como México o Estados Unidos, ya se han interesado por esta iniciativa empresarial.

Lo llamativo de su idea les ha servido para captar financiación que diera alas al proyecto durante los últimos años. Según las explicaciones de Michel Charro, el grupo ha conseguido reunir algo más de medio millón de euros a través de fondos propios, privados y préstamos participativos.