La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los efectos de la crisis

Récord de renuncias a heredar en Asturias

La región registra una media de tres casos al día de familias que rechazan legados porque no pueden afrontar los gastos o cargas que conllevan

Los asturianos renunciaron durante el primer semestre del año a 569 herencias, una cifra de récord, debido a las dificultades para hacer frente a las deudas que muchos de estos legados acarrean o por el pago de impuestos que conllevan. Según los números que maneja el Consejo General de Notariado, las renuncias no han parado de crecer en todo el país desde que comenzaron las dificultades económicas, en 2007, pero en los últimos meses estos rechazos se dan con cada vez más frecuencia. Cada día en el Principado tres herederos descartan recibir su herencia. Antes de que la economía española cayera en la gran recesión se producía poco más de un caso al día.

Aceptar una herencia supone que quien la recibe tiene que hacerse cargo tanto de los bienes como de las deudas que el difunto haya podido contraer a lo largo de su vida. En el caso de que las deudas sean superiores, el heredero tendrá que responder con su propio patrimonio, lo que hace que muchos se echen para atrás. Según aclaran los notarios, la decisión de renunciar a una herencia es libre e "irrevocable". El brutal aumento del desempleo en España explica que muchas personas no puedan afrontar el pago de las deudas que acarrea un legado. Por otro lado, el alto del endeudamiento de las familias españolas justifica que en muchas ocasiones las herencias traigan consigo deudas en forma de préstamos hipotecarios o en créditos personales. De hecho, incluso si el fallecido había avalado a sus hijos por la compra de una casa esta responsabilidad también se traslada a quien acepta la herencia.

Desde 2007, los casos de rechazo a heredar han aumentado el 117% en la región, según los notarios. Dentro de estas cifras están incluidas tanto las renuncias totales como las parciales, aquellas en las que únicamente alguno de los herederos muestra su rechazo a favor del resto. Entre este último grupo es fácil encontrar a personas mayores que descartan aceptar una herencia en beneficio de sus descendientes o que los hijos renuncien al legado en favor de otro progenitor que puede encontrarse en una peor situación económica que el resto. En el conjunto de España el incremento desde que comenzó la crisis fue superior, ya que se registró un alza del 150%. La subida es generalizada en todas las comunidades pero es especialmente acusada en las regiones mediterráneas, donde más se han notado los efectos del pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Así, las mayores subidas en las renuncias se dan en Andalucía, Murcia, Baleares o Cataluña.

¿Qué ocurre cuando se renuncia a una herencia? En el caso de que el rechazo sea parcial, es decir, que uno de los beneficiarios no la acepte, el patrimonio se reparte entre el resto de los herederos que se hacen cargo de sus consecuencias.

Algo más complicado es el escenario cuando todos renuncian. En ese caso, según explica el Consejo General del Notariado, "ya que la herencia no desaparece, pasaría a las sucesivas líneas de herederos establecidas por la ley para la sucesión sin testamento". Es decir, hijos, nietos o ulteriores descendientes y ascendientes, si los hubiera, hermanos, sobrinos o primos del fallecido. En el caso de que todas las lineas fallen y todos los posibles beneficiarios del legado descarten aceptarlo, pasaría a manos del Estado, que también puede renunciar. Si lo hace los bienes pasarían a manos de los acreedores hasta cubrir al máximo sus deudas.

Es posible aceptar la herencia mediante un sistema llamado "beneficio de inventario". Gracias a esta cláusula sólo se responde a las deudas con los bienes de la herencia y no con los particulares.

Compartir el artículo

stats